El mundo del espectáculo está de luto. El actor australiano Julian McMahon, conocido por sus papeles icónicos en series y películas como Nip/Tuck, Charmed y Fantastic Four, falleció el pasado 2 de julio en Clearwater, Florida, a los 56 años, víctima de un cáncer. La noticia fue confirmada por su esposa, Kelly McMahon, a través de un comunicado enviado a la revista Deadline.

“Con el corazón abierto, deseo compartir con el mundo que mi amado esposo, Julian McMahon, falleció en paz esta semana tras un valiente esfuerzo por superar el cáncer”, escribió su esposa. En el emotivo mensaje, Kelly destacó la pasión del actor por la vida, su trabajo y, sobre todo, por sus fans: “Su mayor deseo era llevar alegría a tantas vidas como fuera posible”.

Julian McMahon alcanzó fama internacional en 2003 gracias a su papel como el polémico y seductor doctor Christian Troy en la serie Nip/Tuck, creada por Ryan Murphy. La serie, que exploraba el mundo de la cirugía estética con un enfoque crudo y provocador, ganó tanto un Emmy como un Globo de Oro y se consolidó como una de las producciones más influyentes de principios de los 2000.

Pero su carrera ya venía en ascenso desde años antes. En 1998, McMahon conquistó a los fans del género sobrenatural con su papel de Cole Turner en Charmed, la exitosa serie sobre tres hermanas brujas que se mantuvo al aire por ocho temporadas. Su interpretación de un demonio con corazón dividido lo convirtió en uno de los personajes más queridos (y temidos) del programa.

En la pantalla grande, interpretó al villano Doctor Doom en las películas de Fantastic Four de 2005 y 2007, compartiendo créditos con actores como Jessica Alba, Chris Evans y Ioan Gruffudd. Aunque las cintas recibieron críticas mixtas, McMahon fue ampliamente reconocido por su actuación como el icónico enemigo de Marvel.

En años más recientes, formó parte del elenco de FBI: Most Wanted, una serie de 2020 en la que interpretó al agente Jess LaCroix, demostrando su versatilidad y consolidando su carrera en la televisión estadounidense.

La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de mensajes de condolencia por parte de fans, colegas y productores que trabajaron con él a lo largo de su carrera. Si bien Julian McMahon se va demasiado pronto, deja un legado de personajes complejos, memorables y una trayectoria que marcó una época en la televisión y el cine.

Su familia ha pedido respeto y privacidad para sobrellevar este difícil momento. Y como bien señaló su esposa, la mejor manera de honrarlo es seguir encontrando alegría en la vida, tal como él siempre buscó transmitir.