Foto y texto Bruno Cortés
La reciente confrontación entre la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el Senado de la República ha generado un debate clave sobre el equilibrio de poderes en México. Pero, ¿qué está pasando realmente y por qué importa? Aquí te lo explico sin tecnicismos.
¿Qué sucedió?
Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, arremetió contra la SCJN por revisar la constitucionalidad de una reforma judicial que hizo el Poder Legislativo. En términos simples, esto significa que la Corte está evaluando si los cambios que hicieron los legisladores al sistema judicial son o no legales según la Constitución. Esto no le cayó bien al Senado, pues ellos tienen el derecho de hacer reformas a la Constitución como «Constituyente Permanente». Según Noroña, la Corte no debería intervenir en esas decisiones.
¿Qué es lo que está en juego?
La SCJN está revisando si una reforma hecha al Poder Judicial es válida o no. Noroña y otros senadores consideran que esto es un exceso de poder de la Corte, ya que creen que está actuando como si tuviera más autoridad que el Poder Legislativo. Además, Noroña mencionó que, pase lo que pase, la elección de ministros y magistrados (quienes son los jueces más importantes del país) se llevará a cabo en junio de 2025, con o sin la aprobación de la SCJN.
¿Por qué deberías prestarle atención?
Este debate es importante porque nos habla de la relación entre los tres grandes poderes de México: el Ejecutivo (presidencia), el Legislativo (Congreso) y el Judicial (SCJN). Cada uno tiene un papel diferente, y el equilibrio entre ellos es lo que asegura que no haya abusos de poder. Si la Corte puede revisar decisiones del Congreso, esto asegura que las leyes se ajusten a la Constitución. Sin embargo, algunos legisladores, como Noroña, piensan que la Corte está tratando de intervenir en decisiones que no le competen.
¿Y qué significa para ti?
Dependiendo de lo que decida la SCJN, podríamos ver cambios en cómo se eligen y supervisan a los jueces más importantes del país. Este tema también toca fibras sensibles sobre el poder del pueblo (a través de sus representantes en el Congreso) frente a instituciones como la SCJN, que asegura que las leyes respeten la Constitución.