Por Juan Pablo Ojeda
En un paso crucial para la transformación del sector energético en México, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo firmó y envió al Congreso de la Unión las leyes secundarias de la reforma constitucional en materia energética, que buscan redefinir el rol de dos de las principales empresas del país: Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En su conferencia matutina desde Palacio Nacional, la mandataria detalló que esta reforma permitirá que Pemex y la CFE regresen «a las manos del pueblo de México», un movimiento que tiene como objetivo fortalecer el control estatal sobre los recursos energéticos y asegurar una mayor eficiencia y transparencia en la operación de estas empresas.
La transformación de Pemex y CFE
Claudia Sheinbaum explicó que, con la aprobación de estas leyes secundarias, Pemex y la CFE dejarán de ser consideradas como «empresas productivas del Estado» para convertirse en «empresas públicas del Estado». Este cambio no solo implica una reestructuración en su funcionamiento, sino que también representa un cambio filosófico en la administración de los recursos energéticos nacionales, que pasará a estar más alineado con los principios de la «austeridad republicana».
«Hoy vamos a firmar un conjunto de leyes muy importantes que son lo que se llaman las leyes secundarias de la reforma constitucional en materia energética», destacó Sheinbaum Pardo, subrayando la importancia de este avance en la política energética del país.
Una reforma en beneficio del pueblo de México
Según la presidenta, este ajuste en la naturaleza de Pemex y la CFE es una medida necesaria para hacer que estas empresas sean «más productivas, más eficientes y más transparentes». Sheinbaum reiteró que la reforma busca garantizar que las dos compañías estén plenamente alineadas con los intereses de la ciudadanía, operando bajo principios de responsabilidad fiscal y eficiencia, sin la intervención de intereses privados.
«Se establece a través de varios párrafos, uno de ellos dice que las empresas públicas, CFE y Pemex, dejan de ser empresas productivas del Estado y se convierten en empresas públicas de Estado», añadió. A través de este cambio, el gobierno mexicano pretende optimizar los recursos del sector energético y avanzar en la soberanía energética del país.
Impacto de la reforma energética
Con esta reforma, que ahora deberá ser aprobada por el Congreso de la Unión, el gobierno federal da un paso importante para consolidar su estrategia energética. La medida también es vista como una respuesta a las críticas que surgieron cuando las empresas fueron transformadas en «empresas productivas» durante los sexenios pasados. El regreso al control estatal busca fortalecer la soberanía energética y asegurar que las riquezas nacionales queden bajo el dominio público.
Conclusión: Un cambio estratégico para el futuro de México
El anuncio de Claudia Sheinbaum marca el inicio de una nueva etapa para Pemex y CFE, con la esperanza de que estas empresas se conviertan en actores clave en el fortalecimiento de la economía nacional y la energía soberana. La reforma energética continúa siendo uno de los temas más relevantes en la agenda política de México, y la firma de las leyes secundarias es un paso más hacia la consolidación de esta nueva visión para el sector energético.