San Judas Tadeo: El Santo de las causas perdidas y su legado milagroso
Editor web Maya Comunicación 
Por Juan Pablo Ojeda
Los santos han tenido un papel fundamental en el catolicismo, dedicando sus vidas a difundir el mensaje de Jesucristo y realizando milagros que asombran a los fieles. Uno de los más emblemáticos es San Judas Tadeo, conocido como el santo de las causas perdidas. Pero, ¿qué hay detrás de esta denominación?
San Judas Tadeo, apóstol y primo de Jesús, ha sido considerado un intercesor poderoso en situaciones difíciles. Su cercanía a Cristo es un factor clave en su veneración. A menudo es representado sosteniendo una imagen de Jesús, simbolizando su papel como apóstol y su conexión divina. La Epístola de Judas, que exhorta a los cristianos a mantenerse firmes en su fe, también ha contribuido a su reputación como protector en momentos de crisis.
La devoción a San Judas Tadeo se vio reforzada por Santa Brígida de Suecia, quien afirmó que Jesús le recomendó invocar a este santo para obtener favores. Esta tradición migró a América con los europeos y cobró fuerza durante la Gran Depresión de 1929, cuando muchos buscaban consuelo en su intercesión.
Sin embargo, el apodo de “santo de las causas perdidas” puede derivarse de una confusión histórica. El sacerdote Alberto Hernández explica que existió un tercer Judas, llamado Addai, conocido por sus poderes curativos. Este halo de milagros también se asoció a San Judas Tadeo a lo largo del tiempo, consolidando su imagen como un santo compasivo que responde a las oraciones de quienes se encuentran en apuros.
Cada 28 de octubre, los devotos celebran la festividad de San Judas Tadeo, pero su popularidad ha llevado a que se le honre el día 28 de cada mes, especialmente en el centro de México. Su historia se remonta a los días de Cristo, donde, tras predicar en diversas regiones, fue arrestado y martirizado por su fe.
La oración a San Judas Tadeo es una forma común de solicitar su ayuda en tiempos de dificultad. Los fieles invocan su intercesión con la esperanza de que sus súplicas sean escuchadas y atendidas.
