Por Bruno Cortés
Si pensabas que las tendencias gastronómicas nacían en las cocinas, te falta ver lo que ocurre en Instagram, TikTok y YouTube. En la Ciudad de México, los nuevos referentes del gusto ya no sólo usan mandil: también manejan drones, filtros y anillos de luz. Son los foodies, sommeliers e influencers gourmet que están marcando lo que se come, dónde se come y cómo se comparte.
Uno de los casos más sonados es el de @comeconarte, una cuenta de TikTok que mezcla crítica gastronómica con humor y datos duros. Sus videos sobre mariscos en Iztapalapa o pastelerías escondidas en la Narvarte se han vuelto virales. Detrás de esa cuenta está Andrea González, periodista gastronómica de 26 años que asegura que “lo importante no es el precio, sino la historia del lugar”.
Otro nombre en ascenso es el de Majo Montemayor, sommelier certificada que se ha ganado una audiencia fiel en redes gracias a su forma desenfadada y directa de hablar sobre vinos, maridajes y etiquetas mexicanas. “Me gusta romper con la idea de que el vino es para gente rica y aburrida”, dice en uno de sus reels. Y lo logra: sus recomendaciones son cercanas y replicables.
También está El Gallo Itinerante, un chef urbano que cocina en la calle con ingredientes gourmet. Sus transmisiones en vivo mientras prepara risotto con hongos silvestres o tacos de lengua con trufa rallada desde una carretilla son todo un fenómeno visual. Para él, “la comida no tiene que ser fancy para ser elegante”.
Detrás de estas figuras hay una nueva forma de entender la gastronomía: más visual, más inclusiva, más inmediata. Ya no se trata de esperar reseñas impresas o premios internacionales; ahora basta con un buen video de 30 segundos para que un sitio pase del anonimato al lleno total.
Las marcas y restaurantes lo saben, y muchos han comenzado a colaborar con estos perfiles. Desde cenas privadas hasta lanzamientos de productos, los foodies se han convertido en aliados clave para posicionar nuevos conceptos o rescatar lugares olvidados.
Pero más allá del hype, su aporte va más profundo. Ayudan a difundir ingredientes poco conocidos, técnicas tradicionales, cocinas migrantes y proyectos de barrio que difícilmente tendrían espacio en los medios tradicionales. Y lo hacen con lenguaje directo, audiovisual y con una conexión real con su audiencia.
También hay figuras que han dado el salto de lo digital a lo editorial o televisivo, como José Ramón Castillo, chef chocolatero con presencia en medios, redes y libros. O Ximena Sáenz, quien pasó de recetas caseras en YouTube a consultora de tendencias culinarias en América Latina.
Así que si quieres saber cuál es la nueva taquería de culto, el pan de masa madre más fotografiado o el mezcal artesanal que está rompiendo esquemas, no busques en la guía Michelin. Mejor abre tu Instagram y sigue a quienes hoy son los verdaderos curadores del paladar chilango.