CDMX a 7 de septiembre, 2024.- El Senado de la República se prepara para uno de los debates más trascendentales en la historia reciente de México: la reforma al Poder Judicial, que plantea un cambio radical en la forma en que se eligen jueces, magistrados y ministros. Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado, anunció que la Cámara Alta generará las condiciones necesarias para que este histórico debate se lleve a cabo en la sede de Paseo de la Reforma. Sin embargo, si fuera necesario, la sesión podría trasladarse a la Casona de Xicoténcatl o incluso a espacios alternativos como el Centro Bancomer o el Centro Banamex.
La reforma propuesta busca que los jueces, magistrados y ministros sean elegidos por voto universal, secreto y directo del pueblo, un cambio que equipararía la elección del Poder Judicial a la del Ejecutivo y Legislativo. Noroña enfatizó que esta medida pretende democratizar la impartición de justicia y ofrecer a la ciudadanía mayor control sobre el sistema judicial.
El proceso legislativo arrancará el 8 de septiembre con una reunión de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos, presididas por las senadoras Ernestina Godoy Ramos y Citlalli Hernández Mora, respectivamente. La primera lectura de la minuta se llevará a cabo el 10 de septiembre, y se espera que el 11 de septiembre se discuta el dictamen en el Pleno del Senado.
Noroña prevé que este será un debate histórico en el Senado, ya que se requieren votos de mayoría calificada para que la reforma sea aprobada. Señaló que, aunque hay dos posturas claramente definidas sobre la reforma, el resultado final será determinado por el Pleno del Senado. A pesar de su respaldo personal a la reforma, Noroña afirmó que su conducción de la Mesa Directiva será institucional e imparcial, promoviendo un ambiente de respeto y diálogo.
Si la reforma es aprobada por el Senado, será enviada de inmediato a los congresos estatales, de los cuales al menos 17 deberán ratificarla para que se promulgue. De ser así, esta reforma representaría una «revolución» en el sistema judicial mexicano, según palabras de Noroña, que permitiría un Estado de Derecho más confiable y una justicia más cercana al pueblo.