CDMX a 31 de octubre, 2022.- También conocida como cresta de gallo, garra de león o espinaca de lago, la flor de terciopelo se cultiva en la zona centro y sur de México, y es fundamental en las decoraciones del 2 de noviembre por su textura y hermoso color, muy similar al terciopelo, que además también es tradicional en los cementerios.
Se cree que su origen se puede rastrear a Asia o África, aunque las condiciones para su cultivo son tan sencillas que resulta una flor bastante común en todo el mundo. La flor de terciopelo pertenece a la familia Amaranthaceae, y es una celosía.
Amaranthaceae quiere decir que pertenece a la familia de los amarantos, lo que la hace completamente comestible para los seres humanos, por lo que se puede encontrar como ingrediente de ensaladas u otros platillos en India y África.
Aunque en México es utilizada principalmente como ornamento, en otros países como Nigeria, se utiliza como alimento.
En Nigeria existe un platillo llamado soko yokoto, que se elabora como sopa de vegetales y literalmente significa “haz a tu marido gordo y feliz”.
En México no hay registros de un platillo que se elabore con la flor de terciopelo, sin embargo, es altamente posible que en algún lugar se pueda encontrar como complemento con un uso similar a la flor de calabaza.
La flor de terciopelo tiene una función principalmente ornamental, pues sus colores hacen una excelente combinación a lado del cempasúchil , aunque sus tonalidades también tienen connotaciones religiosas dentro de la cultura prehispánica y la católica, pues el morado y el fucsia significan el luto.
Del mismo modo, las flores decorativas en la ofrenda del Día de Muertos son un recordatorio para los vivos de lo efímera que es la vida, además de rendir homenaje a los que ya no están con nosotros.
La garra de león también tiene uso medicinal y en forma de bálsamo ayuda a ciertos tratamientos de la piel, igualmente, funciona como remedio para la diarrea, fiebre, dolores de cabeza, disentería, úlceras y otros males, por sus propiedades depurativas, astringentes y antibacterianas.
La garra de león crece una vez al año y mide entre 40 y 60 cm, se encuentra en Puebla, Guerrero, Morelos, Guanajuato y Ciudad de México, con un costo promedio de $70 por manojo.