Por Juan Pablo Ojeda
Aunque han pasado varios años desde que Felipe Calderón Hinojosa dejó la presidencia de México, ciertos temas del pasado siguen siendo fuente de controversia. Uno de ellos es la fallida construcción de la refinería de Atitalaquia, en el estado de Hidalgo, un proyecto que Calderón había prometido durante su mandato, pero que solo logró avanzar hasta edificar una barda. En una reciente entrevista con la periodista Adela Micha, el expresidente del Partido Acción Nacional (PAN) explicó que la responsabilidad de que el proyecto no se materializara recae sobre su sucesor, Enrique Peña Nieto, y no en su gestión.
Según Calderón, la refinería habría requerido un plazo de ocho años para su construcción, lo que significaba que no habría podido completarse durante su sexenio (2006-2012). «Las refinerías tardan 8 años en construirse. Yo la empecé en 2011 y por supuesto que estuvimos listos con la ingeniería de primer nivel y limpiamos el terreno, se emparejó, se cuidó, etc., eso era lo que estaba previsto en mi gobierno», detalló el exmandatario.
Sin embargo, Calderón dejó claro que fue una decisión del gobierno de Peña Nieto no continuar con el proyecto. «Fue una decisión del presidente Peña de que no se construyera. Está bien, la respeto, pero en lo que a mí me toca, iba de acuerdo a lo programado», aseveró, desligándose de la cancelación de la refinería, un tema que ha resurgido en el contexto de las políticas energéticas del país.
La refinería de Atitalaquia y sus implicaciones
La refinería de Atitalaquia, originalmente conocida como Proyecto Refinería Bicentenario, fue anunciada en 2008 bajo la administración de Calderón como una nueva instalación estratégica para aumentar la capacidad de refinación del país. Sin embargo, enfrentó múltiples obstáculos, incluidos problemas presupuestarios, estudios de impacto ambiental y retrasos en su planificación, lo que llevó a su cancelación en 2014 durante el gobierno de Peña Nieto.
El terreno en el municipio de Atitalaquia, que se había preparado para el proyecto, permaneció disponible tras las fallidas obras iniciales. Aunque se han explorado alternativas para aprovechar el sitio en otros proyectos energéticos, la refinería nunca llegó a concretarse como una planta operativa.
Este tema volvió a ser relevante cuando, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se retomaron los debates sobre el desarrollo de infraestructura petrolera, en especial con la construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco. La comparación entre ambos proyectos ha sido constante, con opositores de la actual administración cuestionando la viabilidad y el impacto de la refinería Olmeca, al mismo tiempo que se le recordó a Calderón la promesa incumplida en Hidalgo.
Refinería Dos Bocas: El proyecto emblemático de AMLO
La Refinería Olmeca, conocida como Dos Bocas, es uno de los proyectos más emblemáticos de la administración de López Obrador. Situada en el municipio de Paraíso, Tabasco, la obra tiene como objetivo aumentar la capacidad de refinación nacional y reducir la dependencia de las importaciones de combustibles. Aunque comenzó su construcción en 2019, el proyecto ha enfrentado críticas por los altos costos estimados, problemas ambientales y cuestionamientos sobre su viabilidad financiera.
A pesar de los desafíos, el gobierno mexicano ve en Dos Bocas una pieza clave de su estrategia energética, destinada a procesar 340 mil barriles diarios de crudo pesado de los campos petroleros nacionales, principalmente en Tabasco y Campeche.