Los radicales libres son moléculas que pueden causar estrés oxidativo en el cuerpo, un fenómeno ligado a diversas enfermedades crónicas como las cardiovasculares, neurodegenerativas, diabetes y cáncer. Según expertos, estos radicales son responsables también de acelerar el proceso de envejecimiento al dañar la estructura química de nuestras células.
Frente a esta amenaza, emergen los antioxidantes, poderosas moléculas que neutralizan los efectos nocivos de los radicales libres. Estas sustancias se dividen en endógenas, producidas naturalmente por nuestro cuerpo, y exógenas, obtenidas de fuentes externas como los alimentos. Alimentos ricos en glutatión, como espinacas, huevos, brócoli, aguacate y ajo, son fundamentales en la dieta para reforzar nuestra defensa antioxidante.
Además de la dieta, los suplementos pueden jugar un papel crucial en mantener un balance saludable entre antioxidantes y radicales libres. Nutricionistas destacan la importancia de cuatro antioxidantes clave —glutatión, superóxido dismutasa (SOD), coenzima Q10, y catalasa— para preservar la integridad celular y promover la salud a largo plazo.
Consejos de expertos sugieren incorporar una dieta variada y equilibrada, rica en nutrientes esenciales para la actividad de estas enzimas antioxidantes. Además, un estilo de vida activo y técnicas adecuadas de manejo del estrés son igualmente importantes para optimizar nuestra salud antioxidante.