Por Juan Pablo Ojeda
En un giro significativo de los acontecimientos, los nuevos representantes de la empresa X, anteriormente conocida como Twitter, han presentado un documento ante la Corte Suprema de Brasil, argumentando que han cumplido con todas las determinaciones del tribunal y solicitando el levantamiento de la suspensión de sus servicios. Esta solicitud fue enviada al magistrado Alexandre de Moraes, quien lidera un proceso relacionado con la difusión de desinformación y delitos de odio en línea.
La suspensión de las actividades de la plataforma se impuso el 31 de agosto, tras el rechazo “reiterado y sistemático” de la compañía para acatar decisiones de la Corte, que exigían la eliminación de perfiles asociados a la desinformación y al discurso de odio. Según fuentes oficiales, el juez De Moraes tomó esta medida después de que X incumpliera pagos de sanciones que suman casi cuatro millones de dólares y retirara a sus representantes legales del país.
Elon Musk, dueño de la compañía, reaccionó a la situación a través de su propia red social, describiendo a De Moraes como un “dictador” y acusándolo de “violar” la Constitución brasileña. Sin embargo, en un aparente cambio de estrategia, Musk ha comenzado a aceptar gradualmente las decisiones del magistrado.
En el nuevo documento presentado, los representantes legales de X aseguran que la empresa ha acatado las órdenes de la corte y piden formalmente el restablecimiento de la operación de la plataforma en Brasil. En el momento de su suspensión, X contaba con aproximadamente veinte millones de usuarios en el país y estaba bajo la lupa de la Justicia por permitir la propagación de información falsa y mensajes de odio, mayormente asociados con activistas de extrema derecha.
El magistrado De Moraes justificó su decisión de suspender X, afirmando que la compañía había buscado “instituir un ambiente de total impunidad” y facilitar la acción de grupos extremistas y milicias digitales a través de la “masiva divulgación de discursos nazis, racistas, fascistas, de odio y antidemocráticos”.
Con esta nueva solicitud, se abre la puerta a un posible restablecimiento de los servicios de X en Brasil, un proceso que podría tener implicaciones significativas tanto para la empresa como para el panorama digital en el país.