Las ciudades bolivianas de La Paz y El Alto están plagadas de locales donde uno puede degustar un caldo de cardán, una espesa sopa hecha con el pene de un toro. Los bolivianos la toman por las mañanas para recargar energías, aunque los médicos plantean sus discrepancias.
Para muchos bolivianos, comenzar el día con una buena sopa caliente parece ser casi un mandato. Quizás esa sea la explicación para la fama adquirida por el caldo de cardán, una preparación tradicional que incluye el pene de un toro y que es considerado tanto una comida energética como un vigorizante sexual natural.
Se trata de una receta tradicional especialmente en La Paz y El Alto, donde incluso existen varios locales especializados en servir este plato. Cuenta la historia que el nombre del caldo proviene de la pieza automotriz cardán, utilizada para transportar la fuerza desde el motor hacia las ruedas traseras. Al igual que la pieza, el caldo transmite la «fuerza» del toro hacia el comensal, que comienza su jornada vigorizado.
Si bien el caldo suele incluir carne de res, de cordero o de pollo —y otras proteínas como huevo, papa o zanahoria— el ingrediente que se lleva todas las miradas es el pene de toro. En realidad, en muchas recetas se lo puede encontrar con el sutil nombre de «nervio de toro» pero no es otra cosa que su pene. También suelen utilizarse los testículos del toro, conocidos en la gastronomía como criadillas.
La receta es simple y similar a la de cualquier sopa. Tanto el pene de toro como el resto de las carnes se hierven en una olla. Una vez cocidas las carnes, se le agregan las verduras y el huevo duro y se sirve caliente.
Sin embargo, tiene una dificultad: el pene de toro debe hervirse por entre 10 y 12 horas, por lo que su preparación demanda un largo tiempo. Es una de las razones por las que los bolivianos prefieren pasar por una de las casas especializadas para poder tomar un plato de caldo de cardán por las mañanas.
Caldo de cardán: ¿viagra natural o bomba de tiempo?
El caldo de cardán parece tener tantos efectos que hasta toma ribetes místicos. Sus consumidores suelen destacar su función energizante y hasta se lo considera generalmente una buena forma de superar la resaca luego de una noche de copas.
Pero el efecto más llamativo es el de afrodisíaco o vigorizante sexual, un efecto que en general se le atribuye al pene de toro. Así fue que este plato típico se ganó el apodo del «viagra de los Andes», un mote con el que llamó la atención de turistas y reporteros extranjeros.
Sin embargo, para los científicos la idea de que el plato efectivamente ayuda al desempeño sexual no aparece tan claro. Consultada por la agencia AFP en 2014, la endocrinóloga Elizabeth Nateljian, del Hospital estatal Obrero de La Paz, apuntaba que los efectos en los comensales son sobre todo «psicológicos».
Un estudio realizado por estudiantes de la Licenciatura en Gastronomía de la Universidad de Guayaquil, en Ecuador, analizó el «caldo de tronquito» —una preparación ecuatoriana que también contiene pene de toro—y halló que efectivamente se trata de una comida energética, especialmente por las legumbres y verduras que incluye, pero no hay una demostración científica de sus efectos en el desempeño sexual.
Más allá de la ciencia, la relación del caldo de cardán con el sexo es parte del folclore de los bolivianos y se refuerza en la relación del pene del toro con su potencia sexual.
Los investigadores ecuatorianos también advirtieron que este tipo de platos son «hipercalóricos, hiperproteicos e hipergrasos», por lo que su consumo no debe ser demasiado frecuente. Una advertencia que médicos bolivianos suelen hacer frecuentemente en medios de ese país, ante la costumbre de las personas de consumir caldo de cardán todas las mañanas.
En efecto, mientras el efecto sexual no está comprobado, sí hay evidencias de que el alto contenido de grasa del caldo puede provocar hipertensión arterial, obesidad o problemas en riñones o hígado.