El futuro de la salud global parece prometedor, con un notable aumento en la esperanza de vida proyectado para 2050, según un reciente estudio publicado en The Lancet. Este estudio, parte del amplio análisis sobre la Carga Global de Enfermedades, ofrece una visión detallada de lo que podríamos esperar en los próximos treinta años en términos de longevidad y salud.
Un futuro más largo y saludable para todos
Se espera que la esperanza de vida global aumente significativamente, pasando de 73.6 años en 2022 a 78.1 años en 2050. Este incremento se anticipa principalmente en países con esperanzas de vida actualmente más bajas. Tal aumento estaría impulsado por mejoras en la prevención, detección y tratamiento de enfermedades clave como las cardiovasculares, el COVID-19, y otras afecciones relacionadas con la nutrición y el parto.
La transformación de las amenazas a la salud
Aunque las enfermedades infecciosas han dominado históricamente los desafíos de salud pública en muchas regiones, los investigadores advierten sobre un cambio significativo. En las próximas décadas, las enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las respiratorias, jugarán un papel más dominante en la determinación de la longevidad. Además, factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión, y los hábitos dietéticos y de vida poco saludables serán decisivos, con un impacto cada vez más profundo en las enfermedades y la esperanza de vida.
La lucha contra factores de riesgo metabólicos
El Dr. Chris Murray, catedrático de Ciencias de la Métrica de la Salud de la Universidad de Washington y uno de los autores del estudio, subraya la creciente importancia de anticiparse a los factores de riesgo metabólicos y dietéticos. Según Murray, «tenemos una inmensa oportunidad de influir en el futuro de la salud global» al abordar estos riesgos, particularmente aquellos relacionados con comportamientos y estilos de vida, como el alto nivel de azúcar en la sangre y la hipertensión.
Una reducción en las disparidades de salud
El estudio también destaca una reducción en las disparidades de esperanza de vida entre diferentes regiones del mundo. Si bien las desigualdades en materia de salud entre las regiones de ingresos altos y bajos persistirán, la brecha se está cerrando. Se espera que los mayores aumentos en la esperanza de vida se produzcan en África subsahariana, lo que indica un avance hacia una mayor equidad en la salud global.
Este estudio no solo ofrece un rayo de esperanza para un futuro más saludable y prolongado sino que también destaca el trabajo continuo necesario para abordar y mitigar los riesgos de salud emergentes.