Si eres de los que disfruta descubrir nuevos rincones gastronómicos y crees que la comida es más que un simple acto de alimentarse, déjame presentarte Carmela y Sal, un restaurante en Molino del Rey que está dando mucho de qué hablar. Este espacio, liderado por la chef tabasqueña Gabriela Ruiz Lugo, es un homenaje a la cocina mexicana con un toque moderno y un montón de cariño por los ingredientes locales.
Desde que cruzas la puerta en Calle Pedregal 24 (sí, en la imponente Torre Virreyes), el ambiente acogedor y elegante del lugar te invita a quedarte. Su diseño está inspirado en plantaciones de cacao, creando un vínculo inmediato con la riqueza culinaria que encontrarás aquí. ¿Y la comida? Bueno, eso es otro nivel.
Imagina empezar con un tamal de alcachofa que reinterpreta un clásico, o un tuétano con sope de maíz criollo que sabe a gloria. Si tienes espacio para el postre (y créeme, lo necesitarás), la esfera de cacao es un imperdible: arte comestible en su máxima expresión.
Más que comida, una experiencia
Algo que me encanta de Carmela y Sal es su enfoque inclusivo. Tienen opciones veganas y libres de gluten, perfectas si buscas algo especial o tienes restricciones alimentarias. Además, su coctelería de autor, diseñada por el talentoso Jan Van Ongevalle, complementa cada plato como un poema.
Con un horario que va desde las 13:00 hasta las 23:30 (un poquito más corto los domingos), es ideal tanto para una comida larga con amigos como para una cena romántica. Mi consejo: haz una reservación, porque no eres el único que quiere probar esta joya.
¿Vale la pena? Absolutamente. No por nada tiene una calificación de 4.7/5 en Google y una mención en la Guía Michelin. Los comensales coinciden en que aquí se come bien, se vive mejor, y cada platillo cuenta una historia que no querrás perderte.
Si te animas, visita su sitio web para más detalles: Carmela y Sal.
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