El pasado 9 de marzo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, encabezó una multitudinaria asamblea informativa en el Zócalo de la Ciudad de México, donde más de 250,000 personas se congregaron para expresar su respaldo ante las amenazas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El evento, inicialmente planeado para abordar la imposición de aranceles del 25% a productos mexicanos, se transformó en una celebración tras el anuncio de la suspensión de estos hasta el 2 de abril.
Durante su discurso, Sheinbaum enfatizó la importancia del diálogo y el respeto mutuo entre ambas naciones, destacando que «no somos ni más ni menos que EE.UU.» Asimismo, reafirmó el compromiso de su gobierno en la lucha contra el tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense y solicitó a la administración de Trump priorizar el control del flujo de armas hacia México.
Sin embargo, la celebración fue objeto de críticas por parte de Cart Weiland, representante de Estados Unidos en la Comisión de Narcóticos de la ONU en Viena, Alemania. Weiland consideró prematuro el festejo, señalando que en regiones como Guanajuato, mujeres y niños continúan siendo víctimas de la violencia armada.
Además, instó al gobierno mexicano a intensificar sus esfuerzos contra figuras clave del narcotráfico y a mejorar los controles fronterizos para frenar el tráfico de drogas.