Ticketmaster se encuentra en una situación crítica en medio de una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos que podría cambiar el panorama del entretenimiento en vivo. A las acusaciones previas por prácticas monopólicas, ahora se suma una nueva contra su servicio de boletos digitales SafeTix, que podría ser declarado ilegal.
SafeTix, lanzado en 2019, reemplazó a los boletos digitales con códigos de barras estáticos por otros encriptados que cambian cada 15 segundos, bajo el pretexto de reducir el fraude. Sin embargo, según un reporte de The Verge, este sistema habría sido utilizado para limitar la competencia y consolidar el control de Ticketmaster en el mercado.
Live Nation, la empresa matriz de Ticketmaster, ya está en el punto de mira de las autoridades antimonopolio. Desde mayo, una investigación en su contra podría llevar a la disolución de la compañía si se demuestra que ha construido un monopolio ilegal en la industria del entretenimiento en vivo.
La situación se agravó cuando diez estados de EE.UU. se sumaron a la demanda contra SafeTix, alegando que esta tecnología fue diseñada para eliminar competidores. Documentos internos de Live Nation revelan que desde 2014, los ejecutivos consideraban SafeTix como una estrategia para «cambiar el juego» y «mejorar su participación de mercado».
Además, la investigación destaca que Live Nation controla hasta el 80% de los eventos en arenas de la NHL y la NBA en todo el país, y el 70% de los anfiteatros estadounidenses, lo que refuerza las preocupaciones sobre su dominancia en el mercado.
El Departamento de Justicia también ha señalado que los consumidores han visto un aumento en las cuotas por boletos, algo que no sucedería en un mercado con competencia abierta. Esta demanda podría tener un impacto significativo en la industria, y quizás, abrir una puerta para que los fans del entretenimiento en vivo, tanto en EE.UU. como en México, vean un cambio en las prácticas de venta de boletos.
La posible disolución de Live Nation y Ticketmaster podría ser un rayo de esperanza para quienes han sufrido las preventas y precios elevados en los últimos años. ¿Podremos volver a disfrutar de conciertos sin la sombra de un monopolio? El futuro de la música en vivo está en juego.