Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, manifestó su desacuerdo con la solicitud de la gobernadora de Guanajuato, Libia Denisse García Muñoz Ledo, para autorizar el uso de armamento de mayor calibre por parte de las Fuerzas Estatales, argumentando que el aumento en el poder de fuego no resolverá los problemas de violencia que azotan al estado. Esta solicitud se enmarca dentro de la respuesta de la gobernadora ante el creciente poder de los grupos criminales en la región, los cuales han atacado a la policía con armamento pesado.
Durante su conferencia de prensa de este lunes, Sheinbaum subrayó que la clave para combatir la violencia en Guanajuato y otras entidades del país radica en una estrategia integral de seguridad que aborde las causas profundas de la violencia, además de fortalecer las instituciones encargadas de la procuración de justicia. «No por tener calibres mayores se va a responder el problema de la violencia de Guanajuato», expresó, al tiempo que reiteró la necesidad de garantizar cero impunidad mediante investigaciones efectivas y detenciones que culminen en sentencias condenatorias.
Sheinbaum también destacó que el fortalecimiento de las fuerzas policiales debe ir de la mano con una capacitación adecuada y la dotación de equipo necesario, pero resaltó que el sistema de justicia, particularmente la Fiscalía General de la República, debe ser clave en la persecución de los delincuentes. “Si los fiscales no hacen carpetas de investigación y los llevan a un juez que sea una persona proba también, no va a haber una detención”, afirmó.
Por su parte, el secretario de Gobierno de Guanajuato, Jorge Jiménez Lona, aseguró que la gobernadora García Muñoz Ledo ya había obtenido la autorización de las autoridades federales para que las fuerzas del orden adquirieran armamento de mayor calibre en un esfuerzo por enfrentar a los grupos criminales. La gobernadora, que ha declarado que «se acabaron los abrazos», se refiere a la estrategia de seguridad implementada por la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, la cual promovía una política de pacificación y diálogo con ciertos sectores de la delincuencia organizada.
En una entrevista con los medios, Jiménez Lona insistió en que el uso de mayor fuerza es necesario para proteger a las fuerzas del orden en el combate contra el crimen organizado. “La fuerza del Estado se tiene que aplicar, y si vemos que nuestros compañeros están en situación de riesgo, que se tienen que defender, vamos a estar respaldando a nuestros compañeros”, expresó.
En cuanto al tipo de armamento que se comprará, Jiménez Lona señaló que se buscaría lo «más alto que nos pueda autorizar la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)» para garantizar una capacidad de respuesta adecuada ante los ataques de grupos criminales mejor armados.