Por Juan Pablo Ojeda
A menos de 24 horas de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el mandatario estadounidense firmó una serie de órdenes ejecutivas que incluyen una medida especialmente polémica: la designación de cárteles de drogas mexicanos como organizaciones terroristas. Esta decisión, tomada en sus primeras horas de gobierno, no pasó desapercibida para la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien reaccionó de inmediato durante la conferencia matutina del 21 de enero.
Desde Palacio Nacional, Sheinbaum dejó en claro la postura del gobierno mexicano ante esta medida. La presidenta subrayó que México es un país libre y soberano, lo que implica que el país tiene la plena autoridad para decidir cómo manejar sus propios asuntos, sin interferencia de otros gobiernos. “Ellos pueden actuar en su territorio y dentro de su marco de actuación y su constitución. Nosotros lo que decimos es: la defensa de nuestra soberanía y nuestra independencia”, explicó Sheinbaum, destacando que, aunque México está dispuesto a colaborar con Estados Unidos, la soberanía nacional siempre será prioritaria.
En relación con la orden ejecutiva que designa a los cárteles como organizaciones terroristas, Sheinbaum hizo un llamado a la calma y a una interpretación cuidadosa de los decretos. «Que sepan que la presidenta de la República va a defender siempre a México», aseguró, reiterando que el gobierno mexicano continuará tomando decisiones que favorezcan la seguridad y el bienestar de los mexicanos.
Trump y su lucha contra los cárteles
La firma de esta orden ejecutiva se produce en un contexto en el que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha señalado a los cárteles mexicanos como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. En el texto de la orden ejecutiva, Trump argumenta que estos cárteles han generado una ola de violencia y terror en América Latina y han desestabilizado a varios países clave en el hemisferio occidental. Además, sostiene que los cárteles han inundado a Estados Unidos con drogas mortales y han vinculado a criminales violentos y pandillas en la región.
Uno de los puntos más controversiales de la orden es la acusación de que los cárteles operan en algunas regiones de México como “entidades cuasi gubernamentales”, controlando muchos aspectos de la vida social y económica en ciertas áreas. Trump también enfatizó que las actividades de los cárteles, su proximidad a la frontera y sus incursiones en territorio estadounidense representan un riesgo inaceptable para la seguridad nacional.
A pesar de estas duras declaraciones, el gobierno mexicano ha optado por una postura cautelosa. Sheinbaum dejó claro que México no tolerará ninguna acción que atente contra su soberanía. A la par de esta medida, Trump también señaló que dentro de los 14 días posteriores a la firma de la orden, el secretario de Estado, Marco Rubio, deberá tomar las medidas apropiadas para evaluar qué cárteles específicos de drogas serán incluidos en esta lista.
Ante la pregunta de un reportero sobre si las acciones contra los cárteles en territorio mexicano podrían ser una posibilidad, Trump respondió: «Podría pasar, han pasado cosas más extrañas». Esta respuesta dejó abierta la puerta a especulaciones sobre posibles intervenciones directas en territorio mexicano.
La tensión entre la lucha contra el crimen organizado y la soberanía de los países involucrados se mantiene al centro del debate, especialmente considerando el impacto que esta orden podría tener en las relaciones entre México y Estados Unidos. Mientras tanto, el gobierno mexicano continúa defendiendo su derecho a gestionar la seguridad interna sin la interferencia de naciones extranjeras.
