Por Juan Pablo Ojeda
Durante la conferencia matutina de este viernes, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reafirmó su compromiso con la recuperación de la industria farmacéutica nacional, al señalar que su debilitamiento comenzó en 2008, cuando se eliminó el requisito de planta para las empresas del sector.
La mandataria estuvo acompañada por Alejandro Svarch Pérez, titular del sistema IMSS-Bienestar, quien presentó una gráfica histórica que muestra cómo hasta 2008 había un crecimiento paralelo entre la industria farmacéutica y la manufactura general en México. Sin embargo, ese desarrollo se vio interrumpido de forma abrupta.
“Se abandonó la soberanía farmacéutica”
Svarch explicó que el requisito de planta —una política industrial que obligaba a las farmacéuticas extranjeras a tener instalaciones de producción en México si querían vender medicamentos en el país— fue eliminado ese año, favoreciendo a mercados extrarregionales.
“La eliminación de este requisito provocó una profunda disrupción en la soberanía farmacéutica de México. Durante años, esa política había incentivado la producción local, la generación de empleos —particularmente para mujeres— y un desarrollo industrial robusto», señaló.
Agregó que la pandemia de COVID-19 evidenció las consecuencias de esta decisión. “Si hubiésemos mantenido ese requisito, México habría tenido una mejor capacidad de respuesta, con producción nacional de medicamentos y una menor dependencia de mercados externos”, sostuvo Svarch.
Brasil como ejemplo: 90% de autosuficiencia
En contraste, Svarch expuso el caso de Brasil, que en el mismo año en que México eliminó el requisito de planta, adoptó una política llamada Política de Producción Farmacéutica. Hoy, ese país produce el 90% de los medicamentos que requiere su sistema de salud universal, equivalente al IMSS-Bienestar en México.
“El retiro del requisito también nos pone en desventaja económica. En los próximos meses se liberarán importantes patentes farmacéuticas. Si contáramos con una industria nacional consolidada, podríamos aprovecharlas para fabricar medicamentos genéricos”, agregó.
Medicamentos genéricos: clave para garantizar el acceso
Svarch subrayó que los medicamentos genéricos son fundamentales para mejorar el acceso universal a la salud, ya que pueden costar hasta cinco veces menos que sus versiones de patente. Pero sin infraestructura nacional para producirlos, México perdería una oportunidad clave para reducir costos y ampliar la cobertura médica.
De regreso al requisito de planta
Por su parte, la presidenta Sheinbaum respaldó el análisis y anunció que su gobierno ya ha emitido un decreto que establece que, en futuras licitaciones de compra de medicamentos, se tomará en cuenta como criterio central si existen plantas de producción nacional.
“Este requisito ayudará no solo a garantizar el abasto de medicamentos, sino también a reactivar la industria farmacéutica mexicana, generar empleos bien remunerados y mejorar la seguridad nacional en materia de salud”, sostuvo la jefa del Ejecutivo.
La medida forma parte de una estrategia más amplia de reindustrialización con enfoque social, que pretende revertir decisiones del pasado que afectaron la capacidad de México para autoabastecerse de insumos críticos para la salud pública.