CDMX a 21 de agoto, 2024.- En un esfuerzo por impulsar un modelo económico más justo e inclusivo, el Senado de la República fue sede del conversatorio «El papel de la economía social y solidaria en las relaciones internacionales de México», encabezado por la senadora Elvia Marcela Mora Arellano. Durante el evento, legisladores, expertos y representantes de organismos internacionales coincidieron en la necesidad urgente de adoptar y fortalecer la economía social y solidaria como herramienta para reducir la desigualdad y promover un desarrollo económico equitativo.
La senadora Mora Arellano, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, destacó que la próxima administración, liderada por Claudia Sheinbaum, ofrecerá una oportunidad para implementar políticas que beneficien a toda la población, basadas en el humanismo mexicano. «Estamos obligados a buscar el bienestar de las personas», subrayó, refiriéndose al compromiso de mejorar la calidad de vida de los mexicanos a través de un enfoque económico centrado en las personas.
Durante las sesiones de trabajo, los asistentes discutieron cómo la economía social y solidaria puede cerrar las brechas de desigualdad económica y social que han sido exacerbadas por modelos empresariales tradicionales. Juan Manuel Martínez Louvier, director del Instituto Nacional de la Economía Social, señaló que el sistema económico actual, que ha prevalecido durante las últimas cuatro décadas, está agotado y ha aumentado los índices de desigualdad. «Es urgente y pertinente un sistema empresarial que surja con la gente y para la gente», enfatizó.
Alejandro Encinas Nájera, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, resaltó que la economía social y solidaria ofrece un modelo en el que las responsabilidades y beneficios se distribuyen de manera más equitativa. Sin embargo, advirtió que si se continúa con el actual modelo económico, no se alcanzarán los objetivos de la Agenda 2030, lo que podría significar un retroceso en varias áreas de desarrollo.
Por su parte, Mario López Roldán, director del Centro de la OCDE en México para América Latina, reconoció que las políticas económicas tradicionales han fallado en promover la igualdad. La pandemia, señaló, demostró que la economía social puede ser una herramienta más eficiente para la recuperación económica y la construcción de sociedades más inclusivas. «La economía social y solidaria es un cambio de paradigma basado en el trabajo colaborativo y la propiedad colectiva», afirmó López Roldán.
A pesar de los beneficios evidentes de la economía social, Marisol Argueta de Barillas, directora para América Latina del Foro Económico Mundial, subrayó que este modelo aún enfrenta importantes obstáculos. Entre ellos, mencionó la visibilidad limitada, la falta de un marco jurídico que lo respalde, y el acceso restringido a financiamiento y mercados. «Es necesario superar estas barreras para que la economía social y solidaria alcance su verdadero potencial», concluyó.
El conversatorio dejó claro que la economía social y solidaria no solo es un modelo viable, sino necesario para un desarrollo económico más inclusivo y sostenible en México. Con el respaldo de la nueva administración y el trabajo conjunto de legisladores, expertos y la sociedad civil, se espera que este modelo juegue un papel clave en la reducción de la desigualdad y en la promoción de un crecimiento económico equitativo en los próximos años.