México debate hoy si mantiene de forma obligatoria el uso del cubrebocas cuando la curva epidemiológica por el coronavirus SARS-CoV2, causante de la Covid-19, sigue a la baja, o si lo elimina.
El avío se ha hecho parte no solamente de la vida cotidiana del mexicano, sino también de su atuendo con cubrebocas personalizados, de colores y formas diferentes, en el caso de las mujeres -y de algunos hombres presumidos- en combinación con su vestimenta, mientras que en los niños es como si se tratara de un juego y exigen a sus padres el uso.
Ante el debate abierto después que el presidente Andrés Manuel López Obrador -quien lo usa única y exclusivamente en circunstancias muy especiales- llamara a analizar la obligatoriedad de su uso en espacios públicos al aire libre, una gran cantidad de personas, e incluso médicos y especialistas, recomiendan lo contrario.
Argumentan que es muy prematuro tomar esas medidas ante la presencia de un virus que no ha sido abatido y las constantes variaciones que sufre con agentes muy contagiosos como ocurre con la cadena de los Ómicron, aun cuando esta sea menos letal que la variante antecesora Delta.
Aunque en México no se han detectado casos de lo que erróneamente llaman popularmente Deltacron -pues no hay descubierta una mutación que las una y forme una “especie” nueva- sí persiste la peligrosa Delta la cual puede coexistir con alguna Ómicron en un mismo individuo o paciente.
Este es uno de los argumentos principales para quienes disienten de la propuesta del presidente y alertan que no ha llegado todavía el momento de liberarse de ese dispositivo.
Por otra, para esta nación, como Japón, el nasobuco no le es ajeno, pues su uso es bastante común desde antes de la Covid-19 por la contaminación ambiental sumamente alta en esta ciudad del valle, con más de 25 millones de habitantes y una friolera impresionante de vehículos soltando monóxido de carbono.
Aunque la cifra de enfermos de Covid-19 es muy baja, en realidad es bastante relativa pues todavía se reportan niveles entre cinco y nueve mil contagiados diariamente y entre 200 y 300 muertes.
Todo parece indicar que la mayoría seguirán cubriéndose boca y nariz, y los creadores y vendedores de cubrebocas como prendas para el buen vestir y la salud, seguirán en su agosto.
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