Santorini: belleza sobre un volcán dormido que despierta preocupaciones

Santorini, con sus cúpulas azules, acantilados escarpados y atardeceres soñados, es uno de los destinos turísticos más deseados del mundo. Pero bajo su superficie pintoresca yace una amenaza latente: un gigantesco volcán submarino cuya historia explosiva dio origen a la isla y cuya actividad reciente ha puesto en alerta tanto a la población local como a la comunidad científica.

En febrero pasado, una serie de temblores paralizó la isla, forzando a cerca de la mitad de sus 11.000 habitantes a buscar refugio fuera de Santorini. Aunque no se produjo una erupción, el fenómeno reavivó el temor por lo que podría venir. Y es que, bajo los pies de locales y turistas, las placas tectónicas siguen moviéndose, presionando una caldera volcánica que hace miles de años desató una de las erupciones más violentas de la historia registrada.

La BBC acompañó a un grupo de científicos a bordo del RRS Discovery, un buque de investigación del Reino Unido, en su exploración del fondo marino cerca de Santorini y del cercano volcán Kolumbo, otro potencial foco de actividad eruptiva. Liderados por la vulcanóloga Isobel Yeo, los investigadores buscan entender el sistema hidrotermal y la conexión con la cámara magmática que yace bajo la isla.

“Estamos intentando predecir el comportamiento de estos volcanes, que podrían provocar erupciones devastadoras”, explica Yeo. Con robots submarinos, recolectan gases, fluidos y fragmentos de roca que podrían anticipar los próximos movimientos del magma. Según la científica, se sabe más sobre la superficie de Marte que sobre los volcanes submarinos de nuestro propio planeta.

Este trabajo no solo tiene una dimensión geológica. Paraskevi Nomikou, geóloga griega y oriunda de Santorini, remarca que esta investigación es clave para planificar evacuaciones, definir zonas de riesgo y mantener a salvo a residentes y visitantes. «Hacemos ciencia para la gente», afirma.

La actividad sísmica ya tuvo efectos tangibles. Negocios ligados al turismo, como el de la fotógrafa Eva Rendl, sufrieron cancelaciones. Incluso los recién casados Tom y Kristina, que soñaban con casarse junto a un volcán, admiten que sabían del riesgo, pero decidieron no dejarse intimidar.

A pesar de la incertidumbre geológica, Santorini no pierde su magnetismo. Pero hoy, tras la crisis sísmica, se impone una mirada más consciente sobre el equilibrio entre el encanto natural y la amenaza volcánica que define la historia —y el futuro— de esta joya del mar Egeo.

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