Las farmacéuticas Pfizer, Moderna, Merck y Gilead realizaban experimentos controvertidos en Ucrania, desveló el Ministerio de Defensa de Rusia.
«Especialistas estadounidenses llevan a cabo pruebas de nuevos fármacos eludiendo los protocolos de seguridad internacionales», dijo el general Ígor Kirílov, jefe de las fuerzas rusas de protección radiactiva, química y biológica, subrayando que en los controvertidos ensayos estaba implicadas varias farmacéuticas, entre ellas Pfizer, Moderna, Merck y Gilead.
El Ministerio de Defensa ruso denunció también la complicidad del Estado ucraniano en el programa biológico de Washington.
Según el organismo, las fuerzas de Rusia capturaron en Ucrania documentos comprometedores sobre el programa de armas bacteriológicas que Estados Unidos realizaba en ese país en una treintena de laboratorios secretos.
Kirílov indicó a los líderes del Partido Demócrata estadounidense como los ideólogos del programa de armas bacteriológicas que promovían a través del Ejecutivo la normativa necesaria para financiar con dinero público los controvertidos experimentos.
«Utilizando las garantías del Estado captaban dinero de las organizaciones no gubernamentales controladas por los dirigentes del Partido Demócrata, incluidos de los fondos de inversión de los Clinton, Rockefeller, Soros y Biden», puntualizó.
Este esquema, dijo, permitía a los líderes del Partido Demócrata obtener recursos financieros adicionales para sus campañas electorales y ocultar cómo se repartía.
El general denunció también la complicidad del Estado ucraniano en el programa biológico de Washington.
«La función de las estructuras públicas ucranianas era encubrir la actividad ilegal, efectuar los ensayos de campo y clínicos y facilitar el material biológico necesario», enfatizó Kirílov.
El general reveló además que el Instituto de Veterinaria de Polonia participó en experimentos con el virus de la rabia en Ucrania en conjunto con el Instituto Battelle estadounidense, un contratista clave del Pentágono.
Según la documentación capturada, Polonia financiaba también a la Universidad de Medicina de Leópolis, junto con el Instituto de Higiene y Epidemiología de Estados Unidos, otro de los involucrados en los proyectos biológicos militares de Washington.