El Partido Acción Nacional (PAN) y su Grupo Parlamentario en el Senado han alzado la voz ante un grave caso de violencia política y de género en redes sociales, que tuvo como protagonista a la senadora Gina Campuzano. Lo que empezó como un altercado físico en la toma de tribuna durante una sesión del Senado ha escalado a un episodio de violencia digital que ha puesto en el centro del debate la vulnerabilidad de las figuras políticas femeninas ante el escarnio público.
¿Qué fue lo que pasó?
Durante una confrontación en la tribuna del Senado, varias senadoras se enfrascaron en un jaloneo que, accidentalmente, terminó con la blusa de la senadora Campuzano abierta. El incidente fue grabado y, posteriormente, difundido en redes sociales sin ningún tipo de censura, lo que provocó una oleada de comentarios ofensivos y ataques hacia su persona. Este tipo de situaciones no solo afecta su dignidad, sino que la expone a una forma de violencia digital conocida como «violencia sexual digital».
¿Qué es la violencia política en razón de género?
Se trata de cualquier acción que, en el ámbito político, busca denigrar, atacar o disminuir a una persona solo por su género. En el caso de Gina Campuzano, la difusión del video no solo alimenta la violencia política, sino que genera un espacio en el que las mujeres son constantemente atacadas por su apariencia o por situaciones que no deberían ser de interés público, como lo que sucedió con su blusa.
El PAN ha mostrado su solidaridad con la senadora y ha rechazado de manera tajante tanto las acciones físicas que llevaron a este incidente como la posterior reproducción del contenido en redes sociales. También han anunciado que apoyarán a Campuzano en cualquier acción legal que decida emprender para defender su integridad.
Un llamado a la reflexión
Este caso pone en evidencia un problema profundo en la política mexicana: la normalización del ataque a las mujeres en espacios públicos. No solo es una cuestión de respeto, sino de entender que estas situaciones afectan tanto la imagen de las mujeres como su capacidad de desempeñar sus funciones sin ser objeto de violencia o acoso.
El rechazo a la violencia política de género es un tema que debe estar en el centro del debate público, y casos como el de Gina Campuzano no deben pasar desapercibidos.