Por Bruno Cortés
Con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, los ecos de su controversial política exterior resuenan nuevamente en México. En este escenario, las autoridades mexicanas no solo se preparan para una nueva etapa en las relaciones bilaterales, sino que también están tomando decisiones claves para proteger los derechos de los migrantes, especialmente los más vulnerables: niñas, niños y adolescentes.
Recientemente, la diputada Dolores Padierna Luna, integrante del partido Morena, presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente del Congreso, pidiendo a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y al Instituto Nacional de Migración (INM) que fortalezcan los mecanismos de repatriación para los menores migrantes que, por diversas razones, quedan atrapados en el limbo migratorio entre México y Estados Unidos. Esta solicitud tiene como objetivo garantizar que los menores sean devueltos a México de manera segura y en condiciones que respeten sus derechos humanos, evitando que se queden en situaciones precarias en territorio estadounidense.
Por otro lado, Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la bancada de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), reflexionó sobre el regreso de Trump al poder, comparándolo con las estrategias que el exmandatario ya había utilizado en su primer mandato. Según Monreal, Trump aplica una táctica de negociación basada en la audacia y la persistencia. Citando su propio libro El arte de la negociación, Monreal explicó que Trump suele «apuntar muy alto» en sus demandas y luego “tirar y tirar” hasta conseguir lo que quiere, aunque a veces se conforme con menos. Esta estrategia, que combina audacia y tenacidad, ha sido una constante en su relación con México, por lo que el político mexicano subraya la importancia de no caer en provocaciones y estar preparados para cualquier situación que se presente.
Con más de 40 años de experiencia en la política, Monreal expresó su preocupación por el ambiente de incertidumbre que genera el regreso de Trump, al recordar cómo los cambios de administración en Estados Unidos siempre generan cierta tensión en México. Sin embargo, destacó que lo más importante es que, a pesar de las diferencias y de las amenazas que puedan surgir, el país debe mantenerse unido y preparado para enfrentar cualquier reto que venga desde el norte.
El regreso de Trump a la Casa Blanca marca, sin duda, el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, con un enfoque que podría incluir desde medidas más estrictas sobre la migración hasta nuevas formas de negociación sobre comercio y seguridad. En este contexto, la respuesta del Congreso Mexicano, con propuestas como la de Dolores Padierna, refleja la necesidad de adaptarse a los nuevos desafíos que este cambio de administración implica, siempre con la mirada puesta en la protección de los derechos humanos de los más vulnerables y en una política exterior que asegure el bienestar de todos los mexicanos.