El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha declarado en un mensaje a la nación que cualquier revuelta constituye una «amenaza mortal», refiriéndose a la situación en torno al grupo Wagner, después de que su líder, Yevgueni Prigozhin, fuera acusado de intentar organizar una «insurrección» armada. El mandatario ruso calificó las acciones de Prigozhin como un «motín militar».
«Nos enfrentamos a una traición, la ambición desorbitada llevó a una traición contra Rusia», denunció Putin.
En este contexto, el presidente aseguró que las Fuerzas Armadas de Rusia recibieron la orden de neutralizar a quienes participen en la insurgencia armada. Sin embargo, admitió que la situación en la ciudad de Rostov del Don sigue siendo complicada, ya que el trabajo de las administraciones civil y militar está efectivamente bloqueado.
El viernes por la noche, el Ministerio de Defensa ruso desacreditó todas las declaraciones atribuidas a Prigozhin sobre un supuesto ataque lanzado desde territorio ruso contra una de las bases de la compañía militar privada. Un video sobre la presunta ofensiva también fue calificado como falso.
«Todos los mensajes y videos difundidos en las redes sociales en nombre de Prigozhin sobre el supuesto ‘ataque del Ministerio de Defensa ruso contra los campamentos de retaguardia de Wagner’ son falsos y constituyen una provocación informativa», declaró el organismo militar ruso.
El Servicio Federal de Seguridad anunció que se abrió un caso penal contra Prigozhin «por organización de una insurrección armada» de acuerdo con el artículo 279 del Código Penal de la Federación Rusa. El FSB instó a los miembros del grupo Wagner a evitar cometer «errores irreparables», a desobedecer las «órdenes criminales traicioneras de Prigozhin» y a tomar medidas para su arresto.