Por Bruno Cortés
Fotos Grok AI
Amig@s, qué tal, aquí nos encontramos para desentrañar el drama político que se cocinó en la Cámara de Diputados. Sí, han aprobado el presupuesto para 2025 y no es cualquier cosa, estamos hablando de 9.3 billones de pesos para que el gobierno de Claudia Sheinbaum haga su magia.
Primero que todo, hay que tener la cabeza fría, como la propia presidenta ha pedido, porque este es un juego de ajedrez donde cada movimiento cuenta. Se ha reasignado una buena tajada de recursos, más de 45 mil millones de pesos, y no lo hicieron al azar. La educación pública es la gran ganadora aquí, con un incremento de casi 18 mil millones para las universidades. Hablamos de la UNAM, la UAM, el Colegio de México, y no olvidemos a las universidades estatales. Es un mensaje claro: queremos profesionales bien preparados, con mejores herramientas y espacios, porque al final, el futuro de México pasa por la educación.
Pero no se quedan atrás la seguridad y la cultura. Se le han dado 6 mil millones a la seguridad, porque, como lo ha dicho la presidenta, no podemos bajar la guardia en un país que enfrenta desafíos tan complejos en este ámbito. Y para la cultura, 3 mil millones más, porque el alma de México se nutre de su arte y su historia. Este incremento para la cultura no solo fortalecerá instituciones como el INAH y el INBA, sino que también permitirá la conservación de nuestro patrimonio y la promoción de nuevas voces artísticas.
Ahora, hablando de infraestructura, se han destinado casi 10 mil millones para caminos rurales, para que el desarrollo llegue a los rincones más olvidados del país. Esto no solo mejora la conectividad, sino que también impulsa la economía local, permitiendo que productos agrícolas lleguen a mercados más grandes y mejoren la calidad de vida de las comunidades rurales. Además, este impulso a la infraestructura incluye la rehabilitación de carreteras en estados que han sido históricamente descuidados, marcando una pauta para un desarrollo más equitativo.
Ricardo Monreal, quien tuvo un papel clave en estas negociaciones, resaltó que este presupuesto es austero, pero congruente con los principios y promesas de campaña de Sheinbaum. Es un presupuesto que busca cumplir con lo ofrecido en el proceso electoral, manteniendo la vista en el horizonte de un México más equitativo y desarrollado. Monreal también destacó la importancia de la reasignación de recursos a sectores como el campo mexicano, que no ha sido descuidado, recibiendo también su parte de los recursos para fomentar la agricultura sustentable y el apoyo a pequeños productores.
Así que, ahí lo tienen, un presupuesto que, según las palabras de Monreal, sigue la ruta correcta. Pero, como en toda política, habrá quienes digan que no es suficiente o que se podría haber hecho mejor. Lo que sí es claro es que estamos ante un intento de balance entre las necesidades urgentes y las promesas de un gobierno que busca marcar su propio camino. Es un presupuesto que no solo mira al presente, sino que también está sembrando para el futuro, tratando de construir una base sólida para el desarrollo sostenible de México.
Sin embargo, la ejecución de este presupuesto será clave. La transparencia y la eficacia en el uso de estos recursos serán observadas con lupa, especialmente en un país donde la corrupción ha sido un tema recurrente. La presidenta Sheinbaum ha insistido en la necesidad de mantener la cabeza fría y los pies en la tierra para asegurar que cada peso se utilice de la mejor manera posible para beneficio de todos los mexicanos.