Ciudad de México, a 23 de junio de 2023.- En los últimos años, Alexa se ha convertido en uno de lo dispositivos más populares en los hogares. Un asistente virtual controlado por voz con multitud de funcione: responder preguntas, manejar la domótica de casa, crear recordatorios, etc. Sin embargo, Alexa también tiene un «lado oscuro» que muy pocas personas conocen y del que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alerta.
El ‘consumo fantasma’ de Alexa
El principal problema de este aparato es que está las 24 horas conectado a la red eléctrica, razón por la cual ocupa el segundo lugar en ‘consumo fantasma’. Se conoce como tal al que se obtiene cuando el aparato está sin funcionamiento o en reposo, lo que inevitable afecta al consumo.
Según la OCU, Alexa supone un consumo de 26kWh/año, solo por detrás de la caldera de gas, con un gasto de 27 kWh/año. Esto supone unos 24 euros al año, a los que hay que sumar el precio de venta del dispositivo. La organización explica que son dos aparatos que nunca desenchufamos porque queremos tenerlos disponibles en cuanto los necesitemos.
Compras por voz
Más allá del consumo, la OCU alerta de un problema aún más preocupante: las compras por voz del altavoz inteligente. Permite realizar compras por voz sin demasiadas verificaciones, lo que puede dar lugar a sorpresas muy desagradables. Ya se han dado casos de hijos que han comprado algo o se han suscrito a un servicio de pago sin el permiso de sus padres a través de este sistema.
Expertos dde la organización realizaron una serie de pruebas para comprobar su funcionamiento, y sucedieron una serie de cosas. En primer lugar, le pidieron que pusiera música de jazz, para lo cual recurrió al portal gratuito Amazon Music. Ahora bien, cuando le pidieron que les pusiera algo más específico, les dijo que tenían que suscribirse al servicio Amazon Music Unlimited.
Luego quisieron comprar una tablet. Alexa les recomendó una y les comentó varios aspectos técnicos, así como su precio. Lo más sorprendente de todo es que metió la tablet directamente en la cesta sin preguntarles y luego les dijo si querían comprarla. Una pregunta que, si estamos despistados o hablando con alguien, puede dar lugar a que digamos que sí fácilmente.
Los expertos de la OCU llegaron a la conclusión de que este tipo de «accidentes» se pueden producir con gran facilidad. Por lo tanto, la recomendación es desactivar las compras por voz para evitarlos.