Para muchos millennials, el mejor compañero no es un amigo, un hermano o incluso una pareja: es su perro. Esta afirmación no es una simple anécdota, sino la conclusión de una reciente investigación que revela el nivel de apego que esta generación tiene hacia sus mascotas. El estudio, realizado en abril entre 1,900 dueños de perros, mostró que las personas nacidas entre 1981 y 1996 no solo consideran a sus perros como parte de la familia, sino como el vínculo emocional más sólido de su vida cotidiana.
Según los datos recabados, el 60 por ciento de los millennials encuestados dijo que su perro es una mejor compañía que su mejor amigo. Más allá de los lazos de amistad, el 55 por ciento afirmó preferir la compañía de su perro por encima de la de sus hermanos, y un 53 por ciento incluso por encima de sus padres. Pero lo más llamativo del estudio es que casi la mitad de los encuestados aseguró que su perro les brinda una mejor compañía que su pareja o cónyuge.
Esta devoción hacia los perros no es solo un fenómeno emocional, sino que también se refleja en decisiones de vida. Por ejemplo, uno de cada siete dueños de mascotas estaría dispuesto a terminar una relación amorosa si eso significara extender la vida de su perro. En el caso de los millennials, esta cifra sube al 16 por ciento, evidenciando un compromiso profundo que no se limita a lo afectivo, sino que se traduce en sacrificios personales concretos.
De hecho, el 41 por ciento de los millennials renunciaría al café por tres años más con su mascota, según la encuesta elaborada por Spot & Tango en colaboración con Talker Research. Y cuando se trata de salud, el gasto tampoco es un impedimento: el 21 por ciento está dispuesto a pagar hasta 200 pesos por comida especializada, superando así a generaciones anteriores como la X y los baby boomers.
Entre las actividades que refuerzan ese lazo humano-canino, ver televisión juntos encabeza la lista, según el estudio. Compartir este tipo de rutinas parece ser clave para fortalecer el vínculo, que para muchos dueños es una fuente constante de consuelo y compañía.
Russell Breuer, fundador de Spot & Tango, sintetizó el hallazgo de forma clara: “Esta investigación demuestra el profundo vínculo que las personas tienen con sus mascotas, no solo emocionalmente, sino también en las decisiones que toman a diario”.
En México, esta relación cercana no es rara. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE 2021) del Inegi, el 69.8 por ciento de los hogares mexicanos tiene al menos una mascota. En total, hay 80 millones de animales de compañía en el país, de los cuales 43.8 millones son perros.
Así, más que una moda o una tendencia pasajera, el amor de los millennials por sus perros está redefiniendo las formas tradicionales de entender el compañerismo. Para muchos, su perro no solo es su mascota: es su familia, su refugio emocional y su compañero de vida más leal.
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