Periodismo Independiente en México: ¿Apoyos o Espejismos?

Por Bruno Cortés

Imaginen a David contra Goliat, pero en versión mexicana: David es un periodista independiente con un celular grabando en una mano y una factura de luz sin pagar en la otra. Goliat, en cambio, es un combo de violencia, precariedad y un gobierno que reparte «apoyos» como si fueran migajas en un banquete de élites. ¿Cuántos recursos reales hay para el periodismo que no se arrodilla? La respuesta duele más que un golpe de realidad: los programas son pocos, fugaces y tan escasos como la transparencia en un discurso de campaña.

 

El Oasis que Fue un Chubasco: El PPAPI de 2021

Ahí estuvo la UNESCO, con su varita mágica de $150,000 pesos por proyecto, repartiendo ilusiones y algo de efectivo a 10 equipos periodísticos. ¡Datos frescos! De las 68 propuestas recibidas, solo 10 sobrevivieron al filtro (6 liderados por mujeres, para que nadie diga que no hubo cuota de género). Los afortunados investigaron temas como corrupción, medio ambiente y derechos indígenas. Pero, ¿qué pasó después? El programa se esfumó como el chiste de «la austeridad republicana». Nada en 2022, 2023 o 2024. Un oasis… de esos que mojan solo una vez.

Datos Clave (Para No Llover en el Mismo Chubasco):

$150,000 MXN: Suficiente para viajes, equipo y… ¿un café diario?

43 periodistas beneficiados: 24 mujeres, 19 hombres (al menos hubo paridad en el reparto del sufrimiento).

Mentorías: Por si acaso creían que con dinero bastaba.

 

Crowdfunding: La Alcancía del Pueblo

Si el gobierno no pone, el pueblo se rifa. Plataformas como Ideame son la alcancía rota donde los periodistas piden limosna digital. ¿Resultado? Proyectos financiados por abuelitas indignadas y millennials con conciencia social. Pero ojo: esto no es sostenible. Es como pedir un Uber para cruzar el desierto. Eso sí, el Fondo de Periodismo Independiente de la Seattle International Foundation ha apoyado 14 medios en Centroamérica (incluyendo México). ¿14 en 8 años? Suena a gota en el mar… o en el basurero de López-Gatell.

 

El Gobierno: ¿Mecenas o Fantasma?

En 2022, AMLO anunció un «plan de seguridad social para periodistas». ¿La trampa? Usar el 25% del presupuesto de publicidad oficial (unos $760 millones de pesos) para seguros del IMSS. O sea: «No les daremos dinero para investigar, pero si los matan, les pagamos el ataúd». ¿Generoso? Más bien es como ofrecer un paraguas en medio de un huracán. Y ni hablemos de los programas de «apoyo a medios» que terminan en manos de televisoras consentidas.

Ironía Situacional (Para Reír o Llorar):

El INAI, que debería garantizar transparencia, es socio de un programa (PPAPI) que no tuvo seguimiento.

La UNESCO y el Reino Unido financian más periodismo crítico en México que… ¡México!

Los Números Fríos: Tabla de la Desesperanza
Programa: PPAPI (UNESCO)
Año: 2021
Proyectos: 10
Financiamiento: $1.5 millones MXN

Programa: FPI (Seattle)
Año: 2016-
Proyectos: 14*
Financiamiento: Fondos internacionales

Programa: Crowdfunding
Año: Varios
Proyectos: ¿?
Financiamiento: Tu tía y sus amigas

*Incluye a México, pero sin cifras exactas.

 

Con Sabor a Café Amargo

El periodismo independiente en México es como un circo sin red: malabarista de verdades, equilibrista en la cuerda de la censura y payaso sin maquillaje. Los apoyos existen, pero son como los «uy, se me olvidó el nombre» de los políticos: escasos y sospechosos. Si quieres hacer periodismo libre, prepárate: tu mejor aliado será el crowdfunding, tu peor enemigo, un sistema que premia el silencio.

 

Y mientras, el gobierno sigue repitiendo: «No hay dinero, pero hay buena vibra». ¿La buena vibra paga las facturas? Pregúntenle a los 43 del PPAPI… si los encuentran.

 

¿Y Ahora Qué?

 

Si te indignó esta columna, compártela. Y si eras periodista, recuerda: en México, ser independiente es un acto de resistencia… o de terquedad. Ahí tú decides.

También te podría interesar

Deja un comentario