Perú a 15 de abril, 2025.- La justicia en Perú no se anda con rodeos: este martes, el expresidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, fueron condenados a 15 años de cárcel por lavado de activos. La sentencia pone fin a un largo proceso judicial que duró más de tres años y que puso en la mira los oscuros vínculos entre campañas políticas y dinero sucio.
Según el Poder Judicial peruano, Humala y Heredia recibieron dinero de origen ilícito para financiar sus campañas electorales de 2006 y 2011. ¿Quiénes fueron los que soltaron la lana? Nada menos que la polémica constructora brasileña Odebrecht y el fallecido expresidente de Venezuela, Hugo Chávez. El objetivo: apoyar el ascenso al poder del entonces candidato nacionalista.
Aunque la Fiscalía pedía penas más severas —20 años para Humala y hasta 26 para Heredia— el tribunal dictó finalmente 15 años para ambos, lo que de todos modos marca un precedente importante (y escandaloso) en la política peruana. La pareja fue hallada culpable de recibir aportes millonarios de manera ilegal, disfrazándolos como donaciones o aportes partidarios, sin declarar su procedencia real.
Humala es el primer expresidente de Perú en ser condenado por lavado de activos vinculado directamente a campañas electorales. Sin embargo, no está solo en la lista de expresidentes peruanos con cuentas pendientes con la justicia. Alejandro Toledo, por ejemplo, ya fue sentenciado a 20 años por recibir sobornos por parte de Odebrecht, sumando más leña al fuego del escándalo de corrupción que sacudió a toda América Latina.
Este caso también dejó claro que las redes de corrupción no conocen fronteras. Odebrecht se convirtió en el epicentro de uno de los mayores escándalos de corrupción en el continente, involucrando a figuras clave en países como México, Brasil, Colombia, Argentina y, claro, Perú.
La defensa de Humala anunció que apelará la sentencia, pero la decisión del tribunal ya se hizo pública y la pareja tendrá que enfrentar las consecuencias. Lo que parecía una simple acusación mediática hace unos años, hoy se traduce en una pena concreta y severa.
¿Y qué sigue para Perú? Aún hay muchos procesos abiertos relacionados con Odebrecht, pero esta condena manda un mensaje fuerte: incluso los expresidentes no están por encima de la ley.