Por Juan Pablo Ojeda
La disputa entre la jueza Nancy Juárez y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha cobrado relevancia en el ámbito político mexicano, luego de que Juárez insistiera en que la mandataria ha actuado con desacato al no eliminar la publicación de la reforma al Poder Judicial en el Diario Oficial de la Federación (DOF). La jueza otorgó a Sheinbaum un plazo de 24 horas para cumplir con su orden, un ultimátum que la presidenta ha desestimado.
El presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, ha aprovechado la ocasión para criticar a la jueza, a quien se refirió como “heroína de la derecha”. En su intervención, Fernández Noroña tachó el comportamiento de Juárez de “majadería política” y de falta de rigor jurídico, recordando su participación en protestas contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“Hoy la tristemente célebre jueza Juárez, que injurió al entonces presidente López Obrador, pretende amagar a la compañera presidenta con un ultimátum. Esto es una majadería política, intelectual, de nulo rigor jurídico”, afirmó el senador del Partido del Trabajo.
El contexto de este conflicto se intensificó cuando se difundieron videos de Juárez durante la visita de López Obrador a Veracruz, donde la jueza lo llamó “dictador”. Este incidente ha provocado que Fernández Noroña se burle del intento de Juárez de involucrar al Ministerio Público Federal si la presidenta no cumplía con su orden.
“Un revuelo enorme porque una jueza le ordenó a la presidenta que bajara el Diario Oficial de la Federación, o de lo contrario la iba a procesar”, señaló Fernández Noroña, haciendo hincapié en la importancia del fuero para los funcionarios públicos.
Por su parte, Claudia Sheinbaum ha reafirmado su compromiso con la reforma judicial. Durante la Mañanera del 21 de octubre, hizo un llamado a jueces y magistrados para que respeten las leyes y no vulneren el Estado de derecho. La presidenta defendió su postura, señalando que la jueza Nancy Juárez estaba interpretando erróneamente la Ley de Amparo, la cual establece que este tipo de medidas no son aplicables a modificaciones constitucionales.
“Lo que no está bien es que desde la propia Corte o los jueces violen las leyes. Se está intentando hacer ver que la Presidenta está en desacato, cuando los que realmente están vulnerando el Estado de derecho son los propios jueces”, expresó Sheinbaum, subrayando que la reforma al Poder Judicial es una respuesta a la corrupción existente en el sistema.
Con este conflicto, se abre un nuevo capítulo en la ya polarizada relación entre el Poder Judicial y el Ejecutivo, dejando al descubierto las tensiones que persisten en la política mexicana.