Por Bruno Cortés
En los últimos años, México ha emergido como un protagonista clave en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales, gracias al auge del nearshoring y la acelerada transformación digital. Este fenómeno ha permitido que empresas internacionales trasladen sus operaciones más cerca de sus mercados principales, aprovechando la proximidad geográfica y la mano de obra calificada que ofrece el país.
La pandemia de COVID-19 expuso la fragilidad de las cadenas de suministro extendidas, impulsando a las empresas a reconsiderar sus estrategias de producción. México, con su cercanía a Estados Unidos y Canadá, se ha convertido en una opción atractiva para la relocalización de operaciones, permitiendo una mayor agilidad y reducción de costos logísticos.
La transformación digital ha sido un pilar fundamental en este proceso. La adopción de tecnologías como la nube y la inteligencia artificial ha permitido a las empresas mexicanas mejorar su eficiencia operativa y ofrecer servicios de mayor valor agregado. Por ejemplo, la implementación de soluciones en la nube brinda flexibilidad y escalabilidad, liberando recursos que pueden destinarse a áreas estratégicas del negocio.
Sin embargo, este auge también presenta desafíos significativos. La falta de talento especializado en áreas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es una preocupación creciente. Según estudios recientes, México enfrenta una brecha considerable entre la oferta y la demanda de profesionales en tecnologías de la información, lo que podría limitar el potencial de crecimiento en este sector.
Además, la infraestructura logística y energética requiere mejoras para sostener el ritmo de crecimiento. La disponibilidad de energía confiable y la modernización de puertos y carreteras son esenciales para atraer y mantener inversiones extranjeras. La reciente inversión de Amazon Web Services en Querétaro, con un proyecto de 5.000 millones de dólares, es un ejemplo de cómo la infraestructura adecuada puede atraer capital extranjero y generar empleo.
El entorno regulatorio también juega un papel crucial. La estabilidad y claridad en las políticas gubernamentales son determinantes para generar confianza entre los inversionistas. Iniciativas como el ‘Plan México’, que busca atraer inversiones de hasta 277.000 millones de dólares entre 2025 y 2030, demuestran el compromiso del gobierno por crear un ambiente propicio para los negocios.
A pesar de los desafíos, las oportunidades son vastas. Sectores como la manufactura avanzada, la logística y la tecnología de la información están experimentando un crecimiento sin precedentes. Se estima que el nearshoring podría generar más de 700.000 empleos directos en México en los próximos años, consolidando al país como un hub industrial de relevancia mundial.
En conclusión, la sinergia entre el nearshoring y la transformación digital está redefiniendo el panorama industrial mexicano. Con inversiones estratégicas, mejoras en infraestructura y un enfoque en el desarrollo de talento, México está bien posicionado para capitalizar esta tendencia y fortalecer su economía en el escenario global.