Mientras gran parte del mundo celebra la Navidad el 25 de diciembre, Rusia y otras comunidades de la Iglesia Ortodoxa la celebran el 7 de enero. Esta particularidad, que distingue a la Navidad Ortodoxa Rusa, tiene sus raíces en diferencias históricas y calendáricas.
La razón principal de esta diferencia se encuentra en el calendario que sigue la Iglesia Ortodoxa Rusa: el Calendario Juliano. A diferencia del Calendario Gregoriano, adoptado por la mayoría de los países y por la Iglesia Católica, el Juliano tiene una discrepancia de 13 días. Por lo tanto, el 25 de diciembre gregoriano corresponde al 7 de enero juliano.
Esta celebración tardía de la Navidad no solo es una cuestión de fechas. La Iglesia Ortodoxa Rusa mantiene firmemente sus tradiciones litúrgicas y rituales, los cuales difieren significativamente de las costumbres navideñas occidentales. La Navidad Ortodoxa es principalmente un evento religioso y espiritual, comenzando con un período de ayuno de 40 días que concluye el día anterior a la Navidad, conocido como Sviatki, que significa las «santas noches».
Durante la Nochebuena, o «Sochelnik», es costumbre preparar una cena especial que incluye doce platillos, representando a los doce apóstoles. Estos platos tradicionalmente no contienen carne ni productos lácteos. El Kutia, un plato hecho de trigo, miel y semillas de amapola, es uno de los platos más emblemáticos.
La Navidad Ortodoxa también se caracteriza por sus servicios religiosos solemnes y bellamente ornamentados. La Liturgia de la Noche de Navidad es un evento espiritualmente enriquecedor, lleno de cánticos y oraciones que resuenan en las iglesias ricamente decoradas.
La festividad continúa hasta el 19 de enero, cuando se celebra la Epifanía Ortodoxa, marcando el bautismo de Jesús. Durante este tiempo, es común que los fieles participen en rituales de bendición del agua y, en algunos lugares, se sumerjan en aguas heladas como un acto de purificación y renovación espiritual.
En resumen, la Navidad en Rusia y en la tradición de la Iglesia Ortodoxa es una mezcla única de profundas prácticas religiosas y tradiciones culturales que perduran a través de los siglos, ofreciendo una perspectiva diferente y enriquecedora sobre una de las festividades más queridas en el mundo.