Los nativos digitales, aquellos que han crecido inmersos en la era de la tecnología desde su nacimiento en la década de 1990 en adelante, a menudo son vistos como expertos tecnológicos intuitivos. Sin embargo, un reciente estudio de la Alianza Nacional de Ciberseguridad de Estados Unidos desafía esta percepción, revelando que la generación Z es sorprendentemente más propensa a caer en estafas en línea que sus predecesores.
El estudio indica que un alarmante 64% de los jóvenes de la generación Z se encuentran «siempre conectados», navegando constantemente en internet y utilizando múltiples dispositivos digitales, lo que los convierte en blancos ideales para estafadores. Esta alta conectividad, combinada con una falsa sensación de seguridad, hace que el 47% de ellos considere que es fácil mantener un nivel «aceptable» de protección en línea. Esta confianza desmedida puede ser su talón de Aquiles, dejándolos vulnerables a engaños cibernéticos.
En contraste, los baby boomers, quienes nacieron entre 1946 y 1964 y son menos adeptos a la tecnología, muestran ser más cautos en línea. De acuerdo con la investigación, solo el 12% de los baby boomers han sido víctimas de phishing y un escaso 8% ha experimentado robo de identidad. Este grupo demuestra mayor prudencia, siendo más reservados con sus contraseñas y compartiendo menos información personal en la red.
La generación Z, por otro lado, no solo enfrenta un mayor riesgo de estafas convencionales, sino también de fraudes más complejos como las estafas amorosas y el robo de identidad. Aunque el estudio no especifica una sola causa para esta vulnerabilidad, sugiere que una combinación de exceso de confianza en la seguridad en línea y una constante exposición digital son factores contribuyentes.
La doctora Inka Karppinen, científica conductual principal en CyberSafe y coautora del estudio, advierte que muchos jóvenes no consideran la ciberseguridad como una prioridad. Esto se debe en parte a la fatiga informativa y a la poca importancia que le dan a la protección de su información personal.
Este estudio resalta la necesidad urgente de educar mejor a los jóvenes sobre los riesgos cibernéticos y de fomentar hábitos más seguros en línea. La generación Z puede ser experta en usar la tecnología, pero su seguridad en la red aún necesita fortalecerse para enfrentar los desafíos de un mundo digital en constante evolución.