Misokinesia: la condición que afecta a 1 de cada 3 personas sin que lo sepan
¿Alguna vez has sentido una incomodidad inexplicable al ver a alguien mover su pierna nerviosamente o juguetear con un bolígrafo en la mesa durante una reunión? Si es así, no estás solo. Esta reacción, conocida como misokinesia, es mucho más común de lo que se pensaba y afecta a una de cada tres personas, según un estudio reciente.
La misokinesia es una reacción negativa que se produce al observar pequeños movimientos repetitivos realizados por otra persona. Para quienes la padecen, ver a alguien haciendo «fidgeting» —como mover las manos o los pies de manera nerviosa— puede generar desde una leve irritación hasta una profunda ansiedad o enojo. Este fenómeno, aunque parece inofensivo, puede impactar significativamente la vida diaria de quienes lo sufren, llevándolos a evitar situaciones sociales o dificultando su capacidad para disfrutar momentos con otras personas.
Lo más sorprendente es que, a pesar de su prevalencia, la misokinesia ha sido poco estudiada hasta ahora. A diferencia de la misofonía, que se refiere a la aversión a ciertos sonidos repetitivos, la misokinesia se centra en los estímulos visuales. Este fenómeno comenzó a captar la atención de la comunidad científica, en particular de un grupo de investigadores en Canadá liderado por la psicóloga Sumeet Jaswal. A través de una serie de experimentos con más de 4,100 participantes, descubrieron que casi un tercio de ellos se sentía incómodo o molesto al ver a alguien haciendo movimientos repetitivos.
Pero, ¿qué causa esta reacción? Una teoría sugiere que las neuronas espejo del cerebro, que se activan tanto cuando realizamos un movimiento como cuando vemos a alguien más hacerlo, podrían estar involucradas. En las personas con misokinesia, estas neuronas podrían estar reflejando la ansiedad o el nerviosismo del movimiento observado, creando una especie de «contagio emocional». Así, el cerebro experimenta una reacción emocional negativa similar a la que siente la persona que está moviéndose nerviosamente.
Aunque aún queda mucho por descubrir sobre la misokinesia, lo que sí es claro es que es una condición real y más común de lo que se pensaba. Si alguna vez has sentido que ver a alguien moverse de forma repetitiva te irrita más de lo normal, no estás loco; simplemente estás experimentando una reacción que es compartida por muchas personas.
Los investigadores, como Todd Handy, continúan explorando este fenómeno para entender mejor su origen y encontrar formas de manejarlo. Mientras tanto, si sufres de misokinesia, es importante saber que no estás solo y que esta experiencia, aunque poco conocida, es más común de lo que parece. Y aunque aún no hay soluciones claras, el simple hecho de conocer y entender esta condición puede ser un primer paso para manejar mejor sus efectos en tu vida diaria.