Microplásticos en las arterias: el silencioso riesgo cardiovascular que llevamos dentro

Un preocupante hallazgo científico está cambiando nuestra comprensión sobre los riesgos de los microplásticos para la salud humana. Investigadores de la Universidad de Nuevo México descubrieron que estas diminutas partículas sintéticas, presentes en el agua, los alimentos y el medio ambiente, se acumulan en las arterias humanas en cantidades alarmantes, especialmente en pacientes con enfermedades cardiovasculares. El estudio, presentado ante la Asociación Americana del Corazón, reveló que las placas arteriales de personas que sufrieron accidentes cerebrovasculares (ACV) contenían 51 veces más nanoplásticos que las arterias sanas.

Los científicos analizaron muestras de tejido de 48 pacientes, incluyendo tanto a personas con obstrucciones arteriales como a donantes sanos. Utilizando tecnología avanzada, detectaron que los niveles más altos de plásticos microscópicos (partículas menores a 1.000 nanómetros, imperceptibles al ojo humano) estaban presentes en quienes ya habían experimentado eventos vasculares. «Estos plásticos provienen principalmente de nuestra dieta y no solo de productos de uso cotidiano», explicó el Dr. Ross Clark, líder de la investigación. El hallazgo coincide con un estudio italiano previo que vinculó la presencia de nanoplásticos en arterias con mayor mortalidad cardiovascular.

¿Cómo afectan los microplásticos al sistema vascular?

Aunque el estudio no encontró que los plásticos causen inflamación aguda, sí detectaron cambios preocupantes a nivel celular. Las partículas alteran la actividad genética relacionada con la estabilidad de las placas arteriales y los procesos inflamatorios crónicos. «Los efectos son más complejos que una simple reacción inmediata», advirtió Clark. Esto sugiere que los microplásticos podrían estar contribuyendo al desarrollo de aterosclerosis de formas que aún no comprendemos del todo.

La Dra. Karen Furie, neuróloga de la Universidad de Brown, calificó los resultados como «un llamado de atención». Históricamente, los factores de riesgo modificables para ACV incluían hipertensión o colesterol alto, pero nunca se había considerado la contaminación por plásticos como un elemento relevante. «Este estudio abre una nueva línea de investigación para la prevención cardiovascular», afirmó. Sin embargo, los expertos piden cautela: se necesitan más investigaciones para establecer si existe una relación causal directa y comprender los mecanismos biológicos involucrados.

Un problema global que exige soluciones

Los microplásticos han invadido todos los ecosistemas del planeta, desde las profundidades oceánicas hasta el agua embotellada. Se estima que un humano promedio ingiere aproximadamente 5 gramos de plástico por semana, el equivalente a una tarjeta de crédito. Ante esta realidad, los investigadores urgen a profundizar en cómo estas partículas afectan órganos vitales a largo plazo. Mientras tanto, recomiendan medidas prácticas como reducir el consumo de alimentos procesados (frecuentemente envasados en plástico), filtrar el agua de consumo y evitar calentar alimentos en recipientes plásticos.

Este estudio marca un punto de inflexión en la medicina ambiental. A medida que la evidencia crece, queda claro que la contaminación por plásticos no es solo un problema ecológico, sino una potencial crisis de salud pública. Los próximos años serán cruciales para determinar cómo mitigar este riesgo invisible que, literalmente, ya circula por nuestras venas.

También te podría interesar