Después de semanas de tensión y amenazas de sanciones, México y Estados Unidos lograron llegar a un acuerdo para el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, que regula el uso del agua del río Bravo. Este pacto garantiza el abastecimiento de agua para consumo humano y desarrollo en la frontera norte de México, evitando así posibles sanciones comerciales de parte del gobierno estadounidense.
El acuerdo fue confirmado por Roberto Velasco Álvarez, jefe de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), quien destacó que las acciones acordadas asegurarán el suministro en beneficio de ambas naciones.
¿Qué desató la crisis?
A principios de abril, el presidente estadounidense Donald Trump subió la presión sobre México a través de redes sociales, afirmando que el país debía 1.3 millones de acres-pie de agua a Texas, conforme al tratado firmado hace más de 80 años.
Trump advirtió que, de no cumplirse, México enfrentaría aranceles y sanciones. Según cifras de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), México había entregado apenas un 30% del volumen requerido a pocos meses de concluir el ciclo hídrico quinquenal, que vence en octubre.
¿Qué acordaron México y EU?
México se comprometió a:
- Transferir agua de embalses internacionales a Estados Unidos.
- Aumentar la participación estadounidense en el flujo de seis afluentes mexicanos del río Bravo.
- Implementar acciones inmediatas y reforzarlas durante la próxima temporada de lluvias.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos también respaldó el acuerdo y destacó que busca asegurar el suministro para ambas partes de la frontera.
La SRE aclaró que las acciones acordadas fueron definidas en reuniones técnicas bilaterales y que serán formalizadas en el seno de la CILA. Además, la sección mexicana de la CILA, junto con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dará seguimiento puntual al cumplimiento del acuerdo.
Plan a futuro
No sólo se trata de cumplir el actual ciclo, sino de sentar bases para el futuro. México y Estados Unidos coincidieron en que el Tratado de 1944 sigue ofreciendo beneficios, por lo que no habrá renegociación.
Se implementará también un mecanismo de consultas anuales de alto nivel para monitorear los compromisos hídricos y prevenir futuras crisis.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum había manifestado desde un inicio su intención de resolver el tema de forma diplomática, evitando afectar las relaciones bilaterales.
Un tratado que sigue vigente 80 años después
El Tratado de Aguas de 1944 es considerado uno de los pilares de la cooperación fronteriza entre México y Estados Unidos.
A través de este acuerdo, México entrega a EU un volumen de 1.75 millones de acres-pie de agua cada cinco años, mientras Estados Unidos asegura envíos desde el Río Colorado hacia el norte de México, especialmente beneficiando a Baja California.
En un contexto donde el agua es cada vez un recurso más escaso y disputado, este tipo de acuerdos siguen siendo fundamentales para garantizar estabilidad en ambas fronteras.