Por Juan Pablo Ojeda
Durante la 56ª Asamblea General Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada esta semana, el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, hizo un llamado a los países miembros a priorizar el diálogo como vía para resolver controversias y garantizar una convivencia internacional armoniosa. Representando a México, de la Fuente destacó los principios delineados por la presidenta Claudia Sheinbaum para fortalecer la cooperación internacional y afirmó que estos valores deben ser adoptados por la organización panamericana.
El evento, que también fue histórico por la elección de Albert Ramdin como nuevo secretario general de la OEA, brindó un espacio para que la delegación mexicana expusiera su visión sobre cómo las relaciones internacionales deben basarse en el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos de los países.
De la Fuente subrayó los cuatro principios propuestos por Sheinbaum: responsabilidad compartida, confianza mutua, colaboración recíproca y respeto irrestricto a la soberanía de los pueblos. Estos principios, según el canciller, no solo refuerzan el multilateralismo, sino que también aseguran que cada nación en el hemisferio pueda actuar de manera soberana, pero dentro de un marco de respeto hacia sus vecinos.
Uno de los puntos clave en su intervención fue la necesidad de que la OEA se consolide como un foro de diálogo abierto y respetuoso. El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reiteró que el objetivo de la organización no debe ser la imposición, sino más bien facilitar un espacio en el que todos los países, sin excepción, puedan expresar sus inquietudes y trabajar en conjunto hacia soluciones mutuamente beneficiosas.
De la Fuente también enfatizó que el humanismo debe ser el núcleo de las acciones de la OEA, y que su compromiso debe ser el bienestar de todas las personas del hemisferio, garantizando la inclusión y el respeto por los derechos humanos de todos los pueblos de América.
Esta postura refleja la política exterior de México bajo la administración de Sheinbaum, que ha defendido principios de no intervención, multilateralismo y respeto a los derechos humanos como pilares fundamentales de su estrategia en la arena internacional.
La intervención del canciller en la OEA es un reflejo de cómo México busca consolidar su liderazgo en la región y promover un entorno de cooperación y paz en América, alineado con sus valores democráticos y humanistas.