En el escenario culinario global, México ha vuelto a demostrar su riqueza gastronómica al situar tres de sus platillos más emblemáticos entre los 100 mejores del mundo según TasteAtlas para el 2025. La cochinita pibil se ha posicionado en el lugar 12, la sopa de lima en el 53, y el pozole en el 75, confirmando el lugar de honor que la cocina mexicana merece en el panorama internacional.
En la península de Yucatán, donde el sol besa la tierra y los sabores se entremezclan con la historia, la cochinita pibil ha sido reconocida como uno de los manjares más exquisitos del planeta. Este platillo, envuelto en hojas de plátano y cocido lentamente, lleva en sus fibras el legado maya, con un sabor que combina la carne de cerdo marinada en achiote, naranja agria y especias. Para muchos, probar la cochinita pibil es como viajar en el tiempo, a una época donde cada bocado era una ofrenda a los dioses.
Mientras tanto, en el corazón de México, el pozole ha sido elevado a la categoría de arte culinario. Este caldo, que varía de color y sabor según la región, es más que una simple sopa; es una celebración de la diversidad cultural y gastronómica del país. Con granos de maíz cacahuazintle hinchados y tiernos, el pozole puede ser rojo, verde o blanco, cada uno añadiendo su nota distintiva al festín. Es un plato que une familias, que se sirve en grandes ollas durante las festividades, recordándonos la importancia de la comunidad y la tradición.
La sopa de lima, originaria también de Yucatán, ha sido una sorpresa en esta lista. Con su base de caldo de pollo, enriquecida con jugo de lima, trozos de pollo desmenuzado, y un toque de especias, esta sopa es un bálsamo para el alma en días calurosos o fríos. Su sabor fresco y cítrico, combinado con la textura crujiente de los trozos de tortilla frita que flotan en su superficie, la hacen irresistible para cualquiera que la pruebe.
Pero México no está solo en esta fiesta de sabores. Latinoamérica brilla con la lechona colombiana, que ha sido coronada como el mejor platillo del mundo. Este cerdo asado lentamente, relleno de arroz y condimentos, es un símbolo de la generosidad y el calor humano de Colombia. Su aroma y sabor han conquistado paladares de todas partes, demostrando que la gastronomía en América Latina es una sinfonía de culturas y tradiciones.
La picanha brasileña, con su jugosidad y sabor inigualable, ocupa el tercer lugar, reafirmando la maestría de Brasil en el arte de la carne asada. El corte perfecto y el toque adecuado de sal hacen de la picanha una experiencia culinaria que muchos consideran un ritual de sabor.
No podemos olvidar el asado argentino, que se coloca en el sexto puesto, un testimonio de la pasión por la parrilla y la calidad de la carne en Argentina. Aquí, la carne es más que alimento; es una cultura, una forma de vida, donde cada asado es una excusa para reunir a amigos y familia, compartir historias y crear recuerdos.
Con estos reconocimientos, México y sus vecinos latinoamericanos no solo ponen en alto su bandera gastronómica, sino que invitan al mundo a una mesa donde la historia, la cultura y el sabor se funden en cada plato. Es una celebración de la diversidad que nos recuerda que, a través de la comida, podemos conocer y amar a un país y a su gente.