La salud mental se ha convertido en una prioridad global, y en México, los trastornos como la depresión y la ansiedad afectan a una proporción significativa de la población. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), más de 34 millones de mexicanos han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas, reflejando una realidad alarmante que requiere atención urgente.
La magnitud de la depresión y la ansiedad en México
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente 280 millones de personas en el mundo sufren de depresión, representando el 3,8% de la población global. Este trastorno, que afecta más a las mujeres que a los hombres, se caracteriza por un estado de ánimo bajo, pérdida de interés en actividades placenteras, trastornos del sueño, cambios en el apetito, disminución de la autoestima e incluso pensamientos suicidas.
En México, la situación es igualmente preocupante. Los datos del Inegi, respaldados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indican que cerca de 35 millones de personas han experimentado un episodio depresivo. Además, la Encuesta Nacional de Bienestar Autoreportado de 2021 revela que el 19.3% de la población adulta presenta síntomas de ansiedad severa, mientras que otro 31.3% reporta niveles de ansiedad mínima o en algún grado.
Diego Coronel Manzo, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que la prevalencia de enfermedades mentales aumenta en presencia de factores psicosociales como el despido laboral o el divorcio. También existen factores biológicos que influyen, como el posparto en mujeres y la andropausia en hombres. Estos elementos no solo afectan la salud individual, sino que también repercuten en el entorno social y laboral de las personas.
Impacto en la vida cotidiana y el entorno laboral
La depresión y la ansiedad no solo afectan la salud mental de los individuos, sino que también tienen un impacto significativo en diferentes aspectos de su vida, incluyendo el rendimiento académico y laboral. Según Coronel Manzo, estos trastornos pueden ser motivo de discapacidad psicosocial y merma en las relaciones interpersonales, afectando la calidad de vida de quienes los padecen.
El próximo 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, y este año el enfoque está en “Tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que estos trastornos incrementan el ausentismo, reducen la productividad y aumentan los costos de atención médica en los entornos laborales. Además, la incidencia del síndrome de burnout o “trabajador quemado” está en aumento, con síntomas como fatiga crónica, insomnio y depresión debido a la falta de tiempo adecuado para descanso y recuperación. Esto no solo afecta la funcionalidad del individuo, sino que también perjudica a las organizaciones y empresas, resultando en una pérdida de productividad.
La necesidad de acción y concientización
Frente a estos desafíos, es crucial que se implementen estrategias efectivas para abordar la salud mental en México. La concientización y la sensibilización sobre los trastornos mentales son fundamentales para reducir el estigma y fomentar un entorno de apoyo para quienes lo necesitan. Además, es esencial que los lugares de trabajo prioricen la salud mental de sus empleados, ofreciendo recursos y apoyo adecuados para prevenir y tratar estos trastornos.
La lucha contra la depresión y la ansiedad en México requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad, el gobierno y las instituciones de salud para crear un entorno más saludable y solidario. Solo a través de la educación, el apoyo y la implementación de políticas efectivas se podrá mitigar el impacto de estos trastornos y mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos.