El campeón olímpico italiano Marcell Jacobs, conocido por su impresionante victoria en los 100 metros planos en Tokio 2020, se encuentra en el centro de un escándalo de ciberespionaje que ha captado la atención de Italia. Apenas once días después de haber ganado el oro olímpico, Jacobs fue objetivo de una organización criminal que intentó infiltrarse en su teléfono celular mediante un virus troyano, en un intento por robar información privada.
La trama, que recientemente salió a la luz, involucraba a un grupo de personas que buscaba lucrar con la venta de datos sensibles. El grupo criminal no solo tenía en la mira al propio Jacobs, sino también a su equipo cercano, que incluye a su entrenador, representante y nutricionista.
Operación de ciberespionaje y arrestos
Las investigaciones, dirigidas por el fiscal jefe de Milán, Marcello Viola, revelan que la red de ciberespionaje operaba bajo la fachada de una agencia de investigación privada llamada Equalize, encabezada por Enrico Pazzali, un conocido empresario y presidente de la Fundación de la Feria de Milán. Junto a Pazzali, también figura Carmine Gallo, un inspector de policía retirado, entre los acusados.
La organización se dedicaba a adquirir y vender información confidencial de ciudadanos y figuras públicas, como atletas, políticos y periodistas. Según el fiscal, este tipo de actividades forman parte de un mercado negro de información donde los datos privados se comercializan con fines económicos. Entre los detenidos hay seis personas, que deberán enfrentar cargos de asociación criminal, acceso ilegal a sistemas informáticos, corrupción y revelación de secretos.
La operación Equalize: infiltración y estrategia criminal
El esquema criminal contaba con hackers de alto nivel, algunos de ellos con experiencia policial y otros aún en servicio, según detalló el fiscal Viola. Para llevar a cabo la operación, el grupo utilizó un troyano que permitía acceder al dispositivo del atleta de forma remota y sin ser detectados, con el objetivo de extraer información sensible. Hasta ahora, no se ha confirmado si lograron acceder efectivamente a los datos de Jacobs o de su equipo.
De acuerdo con la investigación, el dosier de información sobre Jacobs habría sido encargado por un abogado de Padua, que contrató a Gallo para obtener los datos del atleta. Para ello, Gallo se apoyó en dos hackers expertos, quienes habrían ejecutado el intento de infiltración.
Implicaciones del caso en el ámbito del ciberespionaje
Este caso de ciberespionaje resalta los riesgos a los que están expuestos personajes públicos en la era digital. La necesidad de proteger la información privada se ha convertido en una prioridad, especialmente para figuras de alto perfil. La complejidad del caso muestra cómo los grupos criminales han encontrado en la tecnología un medio para lucrar con datos confidenciales, afectando la seguridad y privacidad de sus víctimas.
La investigación continúa, y el caso de Marcell Jacobs se convierte en un recordatorio de la importancia de la ciberseguridad en un mundo cada vez más digitalizado.