Se ha superado el modelo del padre violento y lejano. Las nuevas paternidades nos muestran que ha quedado muy lejos la imagen de una paternidad que, al mismo tiempo que resultaba emocionalmente lejana, era violentamente cercana, ejercida por un papá como figura de autoridad incuestionable.
Las paternidades de hoy tienden hacia el diálogo y la calidad emocional en la relación con hijas e hijos. Los nuevos modelos de paternidad privilegian como padre a una figura de soporte, apoyo y confidencia, que con ternura y equidad educa a sus hijos para un mundo democrático…
¡Ojalá algún día podamos decir todo lo anterior de forma real! Por el momento, las “nuevas paternidades” siguen siendo un ideal, no siempre la realidad. Tan solo durante los primeros meses de la pandemia, en 2020, como muchas mujeres e hijas se encontraron de pronto confinadas con su principal agresor, la violencia doméstica aumentó en un 60%.1 El año 2021, aún con el proceso de desconfinamiento, no cambió este panorama ya que la violencia ejercida por hombres, gran parte de ellos jefes del hogar, siguió sistemáticamente en aumento.2
Según el Censo de Población y Vivienda 2020, 21.2 millones de hombres de 15 años y más se identificaron como padres de al menos un residente en la vivienda. Esto representa el 46.9% del total de hombres de ese grupo de edad.3
Estamos hablando, por lo tanto, de que la mitad de los hombres en edad reproductiva en México son padres. La gran pregunta es, ¿qué tipo de paternidad están ejerciendo? ¿Una lejana del padre ausente?, la cual da como resultado la estigmatización de la mujer que responsablemente se queda a cargo del hijo. ¿Una paternidad que reproduce patrones de violencia y abuso?, o bien, ¿aún tenemos esperanza de que los padres en México sigan los ideales de equidad de las “nuevas paternidades”?
De ningún modo se puede negar que, efectivamente, el panorama está cambiando y que sí existen padres responsables, que educan con ternura y equidad. De hecho, el replanteamiento de las paternidades es una tendencia cultural. Como señalan las investigadoras de género Olivia Tena y Paula Jiménez, en los hombres que son padres también pesan mandatos culturales, el de proveeduría uno de los más importantes.4 Los mandatos culturales de los padres ahora también incluyen capacidad de escucha de sus hijas e hijos, establecimiento de vínculos emocionales y una actitud de negociación hacia sus “ordenes”.
Podemos ver que estamos ante un panorama de cambio. Dicho en el más pleno sentido antropológico de los ritos de paso, los padres en la actualidad ya no son lo que eran, pero todavía no se ha convertido en lo que se espera que llegarán a ser. Estos momentos de tránsito en los sujetos suele recibir el nombre de “periodo liminar”.
Las “nuevas paternidades” son liminares. Los padres en México están en un momento de transición alejándose de los esquemas la anterior autoridad paterna y transitando hacia modelos de educación sin violencia, vinculándose emocionalmente con sus hijas e hijos en un clima positivo.
Cierto, no es momento aún de cantar victoria, pero tampoco todo está perdido. Los procesos culturales toman tiempo en cuajar y el de las “nuevas paternidades” aún no está listo, pero sí en preparación.
Tengo la esperanza de que, en un tiempo no muy lejano, un texto como este pueda empezar diciendo, con pleno sustento en la realidad, que finalmente: “se ha superado el modelo del padre violento y lejano”. ¡Lo vamos a lograr!
Y para tales fines, la participación de las marcas es imprescindible pues la cotidianidad de sus discursos y mensajes puede ayudar a construir marcos de entendimiento y acción de las nuevas paternidades.
5 CLAVES PARA COMUNICAR NUEVAS PATERNIDADES
Padres domésticos. Generalmente los hombres/padres dominan el espacio público, cargan a sus hijos en el parque, salen a trabajar. Sin embargo, las nuevas paternidades también tienen una esfera de acción en lo quehaceres cotidianos al interior del hogar tales como lavar los trastes, la ropa, dormir a los hijo. Mandar el mensaje de que los papás también son papás al interior del hogar es importante.
Negociaciones adolescentes. La paternidad en la etapa adolescente suele caracterizarse por intransigencias de parte del padre como forma de protección hacia sus hijos. Sin embargo, la actitud proyectada suele ser de autoritarismo. Es importante que las marcas presentes a padres en negociación con sus hijos adolescentes más dispuestos a escuchar que a mandar y poder reconocer a sus hijos e hijas en crecimiento.
Relación con las hijas. Al llegar a la adolescencia la relación de los padres con sus hijas suele tornarse distante, en particular por los cambios sexuales secundarios que atraviesan y cuyo tratamiento suele delegarse a la madre. Pero los padres también pueden hablar con sus hijas de menstruación. Hablar de relaciones románticas sin exacerbar sus emociones
Paternidad sola. Ser papá no siempre significa que haya una mamá. Esta es una realidad cada vez más reconocida. Y no siempre significa que el papá “soltero” o independiente esté en busca de una pareja. Reconocer la autonomía relacional de padres solos aún cuesta trabajo pues culturalmente aún hay esa noción de estar “incompletos” por la ausencia femenina. Pero los padres también pueden ser, en relación con sus hijos, integrales por sí mismos.
La clave de la ternura. Finalmente es importante mostrar a los padres no como autoritarios, violentos y fuertes, sino en clave de ternura: que escuchan, hablan y comprenden a sus hijos. No significa que no protejan el hogar, sino que pueden relacionarse con su familia desde el amor.