La Militarización de la Frontera 7.6 efectivos de EUA por kilómetro

Por Bruno Cortés

En un esfuerzo por reforzar la seguridad fronteriza, el gobierno de Donald Trump ha desplegado recientemente 1,500 soldados adicionales a la frontera con México, sumándose a las fuerzas ya presentes. Pero, ¿cuántos efectivos se necesitan realmente para vigilar cada kilómetro de esta extensa frontera? Vamos a desentrañarlo.

 

La frontera entre Estados Unidos y México, con sus más de 3,145 kilómetros, ha sido un punto focal de políticas migratorias y de seguridad desde hace décadas. En este escenario, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha jugado un papel crucial. Actualmente, la Patrulla Fronteriza cuenta con aproximadamente 20,000 agentes, una cifra que ha sido establecida como respuesta a la creciente complejidad de los desafíos migratorios y de seguridad en la región.

 

El reciente anuncio del despliegue de 1,500 soldados del ejército estadounidense, bajo la administración del 47th Presidente Donald Trump, ha elevado el número total de efectivos militares en la frontera. Sumando a los 2,500 miembros de la Guardia Nacional ya desplegados, el total de soldados se eleva a 4,000, creando una presencia militar significativa a lo largo del Río Grande y otros puntos claves.

 

Caminando por El Paso o observando desde las colinas de San Diego, uno puede sentir la tensión palpable en el aire. Las patrullas de vehículos, los drones que surcan el cielo y los agentes a pie son una imagen cotidiana. Los agentes de la Patrulla Fronteriza no solo vigilan, sino que también se enfrentan a situaciones que pueden ir desde rescates humanitarios hasta enfrentamientos con contrabandistas. El aumento de efectivos militares, sin embargo, plantea preguntas sobre la militarización de una zona que históricamente ha sido un cruce de culturas y familias.

 

Para entender mejor el impacto de esta presencia, es útil prorratear el número de efectivos por kilómetro de frontera. Con 20,000 agentes de la Patrulla Fronteriza y 4,000 soldados del ejército, tenemos un total de 24,000 efectivos. Dividiendo esto por los 3,145 kilómetros de frontera, obtenemos que hay aproximadamente 7.6 efectivos por kilómetro.

 

Esta densidad de personal puede parecer baja a primera vista, pero cada kilómetro de la frontera tiene sus particularidades. En áreas urbanas como Tijuana-San Diego, la vigilancia es más intensa debido a la mayor densidad de cruces. En contraste, en los desiertos de Arizona, los efectivos se distribuyen de manera estratégica para cubrir grandes extensiones con menos recursos visibles.

 

Hablando con algunos de estos agentes, uno percibe una mezcla de orgullo y cansancio. Juan, un agente con 15 años de servicio, menciona que «cada día es diferente, pero todos los días estamos aquí para hacer cumplir la ley y proteger a nuestro país». Sin embargo, también señala el estrés emocional y físico que conlleva su trabajo, especialmente con la reciente adición de más tropas militares, lo que, aunque útil, cambia dinámicas y responsabilidades.

 

La presencia militar adicional no solo se enfoca en la detección y la vigilancia sino también en labores administrativas y de soporte logístico, liberando a los agentes fronterizos para tareas más específicas de aplicación de la ley. Esta estrategia ha sido criticada por algunos como una militarización excesiva, mientras que otros la ven como una necesidad ante lo que perciben como una crisis migratoria. La verdad, como en muchos temas de frontera, parece flotar en un limbo de percepciones y realidades tangibles.

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