Un estudio reciente de la Universidad de Edimburgo ha revelado que la depresión no solo afecta la salud mental, sino que también incrementa significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como afecciones cardíacas, artrosis y diabetes. La investigación, publicada en la revista PLOS Medicine, destaca la necesidad de abordar la depresión como una afección que impacta todo el cuerpo.
El estudio analizó datos del Biobanco del Reino Unido, abarcando a adultos de entre 40 y 71 años que participaron en evaluaciones entre 2006 y 2010. Durante un seguimiento de casi siete años, los investigadores rastrearon la aparición de 69 enfermedades físicas.
Los resultados mostraron una clara relación entre la depresión y el desarrollo de afecciones crónicas:
- Las personas sin antecedentes de depresión desarrollaron un promedio de 0.16 afecciones físicas al año.
- Quienes tenían antecedentes de depresión presentaron un promedio de 2 afecciones al año.
Entre las enfermedades más comunes en personas con depresión se encontraron:
- Artrosis: 15.7%, frente al 12.5% en quienes no tenían depresión.
- Hipertensión arterial: 12.9%, frente al 12.0%.
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): 13.8%, frente al 9.6%.
La depresión, una enfermedad de todo el cuerpo
Los investigadores subrayan que la depresión debe considerarse una enfermedad que afecta múltiples sistemas del organismo, no solo la mente. Sin embargo, advierten que los sistemas de salud actuales no están preparados para abordar esta complejidad:
“Los sistemas de salud están diseñados para tratar afecciones individuales, en lugar de personas con múltiples condiciones. Es crucial adoptar un enfoque integral para atender a quienes padecen depresión y enfermedades físicas crónicas”, señalaron en el informe.
La importancia de la detección y el tratamiento oportunos
Este estudio refuerza la importancia de identificar y tratar la depresión a tiempo, no solo para proteger la salud mental, sino también para prevenir enfermedades crónicas. Según Harvard Health, reconocer síntomas como tristeza persistente, pérdida de interés, fatiga o alteraciones del sueño es clave para buscar ayuda.
Los autores instan a reformar los sistemas de salud para que integren el tratamiento de la salud mental con el cuidado de enfermedades físicas. Esto incluye un enfoque multidisciplinario, donde psiquiatras, médicos internistas y especialistas trabajen juntos para brindar una atención más completa.