La Conferencia del Episcopado Mexicano expresa su apoyo a Claudia Sheinbaum
Por Juan Pablo Ojeda
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha enviado sus mejores deseos a Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia de México el próximo 1 de octubre. En un comunicado, los obispos del país manifestaron sentimientos de esperanza y confianza ante el inicio de este nuevo gobierno.
Mensaje de Esperanza y Sensibilidad
En el mensaje, la CEM destacó que la llegada de una mujer a la Presidencia de la República es un hito significativo. “Creemos que, al llegar por primera vez a la presidencia una mujer, sabrá tener una gran sensibilidad y respeto, impulsando todo aquello que redunde para el bien y el desarrollo social de todos los ciudadanos”, señalaron los obispos.
Urgencia en la Seguridad
Sin embargo, la CEM también hizo hincapié en la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad en el país. Los obispos afirmaron que “nunca más deberá dominar el crimen organizado ni la delincuencia en general”. Además, subrayaron la importancia de implementar políticas públicas inmediatas que garanticen la seguridad ciudadana, superen la pobreza y la desigualdad, y promuevan la unidad nacional.
“Estas políticas deben ser impulsadas y garantizadas desde el gobierno de la República, por el mandato constitucional que tiene y por las herramientas y los recursos con los que cuenta para lograr el propósito de la paz social”, argumentaron.
Retos y Oportunidades
La CEM subrayó que México enfrenta grandes retos que pueden transformarse en oportunidades para fomentar la participación y el diálogo, superando la polarización actual. Hicieron un llamado a la reconciliación y a buscar acuerdos necesarios con todas las fuerzas políticas, sin aniquilar a las minorías.
“Dios la bendiga a usted, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México, y a todos los mexicanos, miembros de esta nación. Reiteramos nuestra voluntad de sumarnos a esta dinámica para convivir con justicia y solidaridad para todos”, concluyeron.
Finalmente, los obispos invocaron la ayuda de Santa María de Guadalupe, deseando que se valore la riqueza de las raíces históricas comunes que hacen de México una sola nación.