La Catrina, ese elegante personaje con un rostro esquelético, se ha convertido en un ícono indiscutible de la cultura mexicana y ha dejado una huella imborrable en el mundo de la moda del país. Su origen se remonta al siglo XX, cuando fue creada por el renombrado caricaturista mexicano José Guadalupe Posada. En sus inicios, se le conocía como «calavera garbancera» y hacía alusión a aquellas personas que, al parecer, intentaban ocultar sus raíces indígenas al vestirse con lujos y glamour.
La moda de las Catrinas ha perdurado a lo largo del tiempo y ha evolucionado con nuevos elementos y adaptaciones. Algunas de las características más emblemáticas de la Catrina incluyen un elegante vestuario inspirado en la moda de la época victoriana durante el Porfiriato en México, maquillaje elaborado en blanco y negro para simular los rasgos de una calavera, y adornos y detalles que se han añadido a lo largo del tiempo.
Hoy en día, las imágenes de la Catrina son omnipresentes durante la celebración del Día de Muertos en México, y su influencia ha alcanzado diversas áreas de la moda mexicana, como el diseño de bolsos. La Catrina sigue siendo un símbolo de moda, a pesar de su aspecto de ultratumba, y su legado continúa enriqueciendo la rica cultura mexicana.
La Catrina es mucho más que una simple figura esquelética; representa una conexión con la historia y las tradiciones de México, así como la creatividad y la evolución en el mundo de la moda. Su presencia en el Día de Muertos y su influencia en la moda son testimonios de su perdurable relevancia en la sociedad mexicana.