Por Juan Pablo Ojeda
El próximo martes, el National Constitution Center de Filadelfia será el escenario de un evento que promete ser decisivo en la contienda presidencial de Estados Unidos: el primer debate cara a cara entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. Este encuentro, esperado con gran anticipación, marcará la primera vez que ambos candidatos se enfrenten personalmente en el mismo escenario.
Aunque los detalles de cómo Trump está preparando el debate permanecen algo nebulosos, se sabe que ha adoptado un enfoque menos estructurado. Según asesores del expresidente, Trump ha estado revisando sus posiciones políticas de manera informal, sin seguir una preparación intensiva. En una entrevista reciente con «Good Morning New Hampshire», Trump se mostró confiado, afirmando que no necesita mucha preparación porque “se ha estado preparando” toda su vida para este debate. Esta confianza llega en un momento en el que Harris lidera en las encuestas, según el portal Five Thirty Eight, que muestra a la vicepresidenta con un 47.1% frente al 44.3% de Trump.
Trump llegará a Filadelfia apenas unas horas antes del debate, mientras que Harris ya se encuentra en la región, preparándose en Pittsburgh, Pensilvania. La vicepresidenta ha estado llevando a cabo simulacros prolongados con un exasesor de Hillary Clinton interpretando a Trump, incluso vistiéndose como el republicano para ofrecer una experiencia más realista.
El debate, que será transmitido por ABC News a las 21:00 h local y durará 90 minutos, contará con la moderación de David Muir y Lindsey Davis. Al igual que en el debate entre Trump y el presidente Joe Biden, los micrófonos de los candidatos estarán silenciados cuando no tengan el turno de palabra, una medida que la campaña de Biden había solicitado anteriormente y que benefició a Trump en su debate anterior.
Este será el séptimo debate presidencial para Trump, mientras que Harris se enfrenta a su primera experiencia en un debate presidencial. No habrá público presente, y los candidatos no podrán usar notas ni accesorios durante el evento. Cada candidato tendrá dos minutos para responder preguntas, con un minuto adicional para seguimiento y dos minutos al final para declaraciones finales, iniciando Harris y concluyendo Trump.
No está previsto que haya más debates entre estos dos candidatos, haciendo de este evento una oportunidad crucial para ambos. Los candidatos a vicepresidente, Tim Walz y JD Vance, se enfrentarán en un debate separado el 1 de octubre.
Recientemente, tanto Harris como Trump han intensificado sus ataques. La campaña de Harris lanzó un anuncio en televisión con exfuncionarios del gobierno de Trump advirtiendo sobre los riesgos de una segunda presidencia de Trump. Por su parte, Trump ha continuado con su retórica agresiva, criticando a Harris por su supuesta inexperiencia y cambios de opinión.
Aaron Kall, experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Míchigan, señala que Harris tiene mucho más que perder en este debate debido a su inexperiencia en debates presidenciales y su perfil relativamente bajo desde que fue elegida candidata el 21 de julio. Trump, en contraste, es un orador experimentado y un hábil contragolpeador, lo que podría darle una ventaja en este crucial enfrentamiento televisivo.