Por Bruno Cortés
La política mexicana no deja de darnos sorpresas, y esta vez, el foco de atención está en la condena de 38 años de prisión impuesta al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, por una corte de Estados Unidos. Después de este veredicto, el diputado del PAN, Federico Döring, no se quedó callado y salió a defender su posición sobre el tema. Para él, la responsabilidad recae únicamente en García Luna y su defensa, mientras que el resto de la clase política no debería verse arrastrada por este escándalo.
Döring destacó que lo dicho en la corte de Nueva York es un asunto que, según él, no merece mucha discusión en México. «La Corte tomó una decisión en otro país y eso es lo que hay», afirmó. Sin embargo, también dejó entrever que no sólo García Luna está en la mira. Los narcotraficantes, que lo señalaron, tienen mucho que contar y no son los únicos culpables de lo que ha sucedido en el país. Esta declaración es un guiño a que el problema de la narcoviolencia y la corrupción es más amplio y tiene raíces más profundas en el sistema.
El diputado no dudó en poner en la balanza al expresidente Felipe Calderón, quien fue el jefe de García Luna durante su mandato. Según Döring, tanto Calderón como su partido deben hacerse responsables de sus decisiones, tanto las buenas como las malas. «Si se le quiere culpar a Felipe por lo que hizo su gobierno, es justo que lo mismo se le exija a López Obrador por lo que ha pasado en su administración», argumentó, haciendo eco de las críticas que ha recibido el actual presidente por la violencia que aún azota al país.
Cuando se le preguntó sobre el hecho de que la justicia parezca llegar desde el extranjero, Döring no se mostró sorprendido. Afirmó que es común que este tipo de procesos se lleven a cabo fuera de México, y trajo a colación el caso de Salvador Cienfuegos, el exsecretario de la Defensa Nacional, que fue exonerado en México sin haber pasado por un juicio formal. «Aquí no hay garantía de que puedan procesar a alguien. Nuestras fiscalías no están funcionando adecuadamente», lamentó.
Con estas palabras, Döring no sólo critica el sistema judicial mexicano, sino también la ineficacia de algunos gobernadores, aludiendo a la situación en Sinaloa, donde la violencia sigue en aumento y se cuestiona la capacidad de los líderes locales para enfrentar el problema. Su comentario sobre «ver cómo se matan más de 190 personas» es un claro llamado de atención a la falta de acción por parte de las autoridades.
Así que, mientras el caso de García Luna sigue resonando, la conversación se amplía. La condena en Estados Unidos podría ser solo la punta del iceberg en un sistema donde la impunidad y la corrupción han tenido un largo camino. ¿Será que la justicia finalmente llega, aunque sea desde otro país? La respuesta está aún por verse, pero lo que es innegable es que este episodio deja muchas preguntas sobre la política, la justicia y el futuro de México.