A tres años de la devastadora inundación que sacudió a Tula, sus habitantes siguen clamando por justicia. La tragedia, que en 2021 cobró la vida de 17 personas y dejó a más de 3,500 damnificados, ha dejado una cicatriz profunda en la comunidad. Los residentes, cansados de la falta de apoyo y respuestas, se manifestaron este viernes con una misa en la Catedral y una emotiva guardia de honor frente al antiguo hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Calzada Melchor Ocampo.
La situación sigue siendo alarmante. Teresa Pérez Melgarejo y María Durán, dos de las voces más visibles de este clamor, expresaron su frustración y descontento. «Los damnificados seguimos igual o incluso peor. Las autoridades federales, estatales y municipales de Tula parecen haber olvidado a quienes perdieron todo,» manifestó Pérez Melgarejo, visiblemente molesta. «Exigimos justicia para las 17 personas que murieron en esa tragedia.»
Durante la conmemoración, René, uno de los manifestantes, destacó la necesidad de que los ciudadanos actúen estratégicamente para buscar soluciones. «La inundación de hace tres años fue provocada, y también falta organización en la comunidad para llevar adelante un proceso de petición colectiva,» indicó. Según él, hay muchos intereses detrás de la canalización del afluente, y la falta de atención gubernamental ha exacerbado la situación.
María Durán, que perdió a su esposo durante la inundación mientras estaba internado en el IMSS, también expresó su dolor y su demanda de justicia. «La ausencia de soluciones adecuadas y la indiferencia de las autoridades son inaceptables,» dijo Durán.
El aniversario de la inundación de Tula es un recordatorio sombrío de la necesidad urgente de respuestas y apoyo para los afectados. Los pobladores de Tula siguen esperando justicia y una compensación justa, mientras la esperanza de que las autoridades les presten la atención que merecen parece cada vez más lejana.