Inflación Baja a 4.21% en 2024: Un Respiro para los Mexicanos de Menores Ingresos

La reciente disminución de la inflación en México, que alcanzó un 4.21% en 2024, ha sido celebrada como un avance positivo para las políticas económicas del país. Este indicador muestra que las medidas implementadas para controlar el alza de precios están funcionando. A pesar de ello, el académico de la UNAM, Luis Fernando González Martínez, advierte que las presiones internacionales podrían alterar esta tendencia.

En entrevista, González destacó que los precios de los productos de la canasta básica se han mantenido estables, lo que beneficia especialmente a los sectores de menores ingresos, quienes destinan más del 50% de su presupuesto a la compra de alimentos. Según el académico, aunque la meta del Banco de México (Banxico) es estabilizar la inflación en un 3%, el hecho de que la inflación general haya disminuido del 4.66% en 2023 al 4.21% en 2024 es una señal positiva.

La inflación, explicó González, se refiere a la subida generalizada de precios, lo que puede estar relacionado con el aumento en la cantidad de dinero en circulación o con la demanda que excede la oferta. En este contexto, el INEGI ha indicado que la desaceleración es una buena noticia, aunque se debe aclarar que no significa una disminución generalizada de los precios, sino una desaceleración en su aumento.

Por otro lado, el experto mencionó que dentro de los productos de la canasta básica, algunos han visto una baja en sus precios, como el tomate verde, la cebolla, el huevo y la papaya, aunque otros, como el pollo, han incrementado su costo. Esto, junto con la variabilidad de los servicios, afecta de manera diferente a los diversos estratos sociales. A pesar de los aumentos en los productos de lujo como transporte aéreo y salud privada, la baja en productos básicos tiene un impacto más directo sobre la población más vulnerable.

El panorama también está marcado por factores externos que podrían influir en la inflación. González Martínez mencionó que la política del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría afectar el comportamiento de la inflación en México. La propuesta de aumentar los aranceles a las exportaciones mexicanas podría afectar al sector automotriz, entre otros, lo que generaría una mayor presión inflacionaria. Además, el aumento en los precios del petróleo podría afectar la cadena de suministro de productos básicos, lo que tendría repercusiones en los precios de transporte y alimentos.

Pese a estos retos, el académico expresó optimismo, señalando que si las políticas internacionales no afectan gravemente la economía mexicana, Banxico podría reducir su tasa de interés, lo que fomentaría la inversión y el empleo en el país a mediano y largo plazo.

En resumen, mientras que la inflación sigue siendo un desafío, los recientes avances en su desaceleración y los efectos positivos sobre los sectores más vulnerables brindan una esperanza de estabilidad económica en los próximos meses.

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